Director: Christian Carion
Intérpretes: August Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, Matthew Rhys, Joshio Marlon, Thomas Schmauser, Laurent Gerra, Jacques Bonnaffé
Sinopsis: Mayo de 1940, en pleno hundimiento de Francia, cuando millones de personas se hicieron a la carretera temerosas del avance del ejército alemán, se nos cuenta la historia de un hombre alemán que ha escapado del nazismo y busca a su hijo, el cual se encuentra con una maestra rural a la que lo había confiado.
Me deja en una cierta tierra de nadie, en la que no me provoca ni excesivo frío ni calor, aunque le reconozca mérito.
De MAYO 1940 (EN MAIS, FAI CE QU´IL TE PLAÎT) se ha valorado su falta de maniqueísmo y su alejamiento de cualquier tentación melodramática, algo que no seré yo el que lo cuestione, pero eso mismo se acaba también convirtiendo en este caso en un arma arrojadiza, pues ese rigor o distanciamiento provoca que no haya grandes momentos de alto voltaje, de tensión dramática, llegando a resultar en algún tramo un tanto aséptica y monótona esa caravana itinerante escapando del horror que conforman sus protagonistas, al modo de un clásico western pero carente del dinamismo, de la emotividad o del sentido de la aventura que solían caracterizar al género casi más norteamericano en su gran época clásica.
Seguramente la intención de sus creadores habrá sido la de resultar todo lo más realista posible, pero eso no siempre casa bien con la predisposición del espectador o lo que está pidiendo la historia. Aquí, se desenvuelve en varios registros tonales que acaban a veces entorpeciéndose los unos los otros.
Dicho todo esto, se preguntarán muchos del porqué entonces de ese 3 con la que la califico, lo cual conlleva que me parece francamente aceptable, aprobada. Pues por lo visto tantas veces en el cine francés de último cuño o de otras épocas: por su académica puesta en escena, por la lograda ambientación, por las creíbles interpretaciones…
En este último apartado quisiera destacar la desenvoltura y belleza de Alice Isaaz como la maestra que vela en todo el momento por ese niño alemán y judío refugiado en su país.
No supone ninguna especial aportación a este tipo de historias, pero siempre agradezco algo pasaportado con esmero y con decoro profesional, como es el caso.
Atentos a la banda sonora, nada chirriante y puesto al servicio de lo que importa, del incombustible Ennio Morricone, nominada al César.
José Luis Vázquez