miercoles, 30 de abril

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La película de la tele

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Tierras de penumbra ()

Director: Richard Attenborough

Intérpretes: Anthony Hopkins, Debra Winger, Joseph Mazzello, Edward Hardwicke, John Wood, Michel Dennison, James Frain, Peter Howell, Roger Ashton-Griffiths

Sinopsis: C.S. Lewis (Anthony Hopkins), profesor de literatura en Oxford, es también un escritor de gran reputación. Es soltero y vive con su hermano de forma casi monacal, totalmente desconectado de la realidad, encerrado en el mundo de la enseñanza y los libros. Un día irrumpe en su vida Joy Gresham (Debra Winger), una poetisa estadounidense divorciada y gran admiradora suya, que está de viaje por Inglaterra con su hijo (Joseph Mazzello) y desea fervientemente conocerlo en persona.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Este lunes 8 de junio a las 11:35 h. en Paramount.

“Vivimos en una tierra de sombras, el sol brilla siempre en otro lugar”

"Leemos para saber que no estamos solos"

 “Ya no quiero estar en ningún otro sitio. Ya no espero que ocurra nada nuevo. Y tampoco tengo que esperar hasta la siguiente colina. Estoy aquí, es suficiente”

 

SHADOWLANDS/TIERRAS DE PENUMBRA tal vez posea una de las despedidas más emotivas, más emocionantes de la historia del cine sin aludir a fanfarrias o a alardes espectaculares, más bien todo lo contrario, apelando al sentimiento más hondo y menos folletinesco. Al respecto una frase reveladora, que siempre asociaré a esta maravilla: “"El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces, ese es el trato"”. Lloro a mares siempre que veo o leo esto… y no se pueden imaginar lo reparador que me resulta.

Se centra en la vida, más bien en los últimos años del gran escritor inglés C. S. Lewis (un impoluto, intachable Anthony Hopkins, al igual que en LO QUE QUEDA DEL DÍA, otra joya fechada el mismo año 1993, el de la magistral LA EDAD DE LA INOCENCIA también), al romance mantenido con la poetisa norteamericana Helen Joy Gresham (una formidable Debra Winger), a la intensa relación mantenida con ésta y su hijo.

Para ubicarles un poco mejor al personaje, indicarles que fue coetáneo de Tolkien y el firmante de las célebres CRÓNICAS DE NARNIA.

En realidad, trata sobre la felicidad más efímera, el amor en su estado más puro, el dolor, la incertidumbre, nuestros más íntimos miedos, la plenitud, los inmejorables sentimientos. Sin duda es la obra maestra del buen  actor y más que competente director (GANDHI, CHAPLIN) británico Richard Attenborough. La debió filmar por inspiración divina. Su cámara se muestra con una delicadeza apabullante, con una sensibilidad a prueba de bombas.

Es de esas películas cuyo recuerdo puede acompañar toda una vida. De las que no pasan desapercibidas. De las que se incrustan en el alma. ¡Es tan sumamente bonita! Otra demostración de que la tristeza puede ser artísticamente algo de lo más bello. 

José Luis Vázquez