Cultura en Tiempos de Crisis

La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)

Director: Don Siegel

Intérpretes: Kevin McCarthy, Dana Wynter, Larry Gates, Carolyn Jones, King Donovan, Virginia Christine, Tom Fadden, Guy Way, Sam Peckinpah

Sinopsis: En una pequeña ciudad de California empiezan a suceder cosas muy extrañas: el comportamiento de algunas personas cambia de tal manera que causa estupor e incluso miedo entre sus parientes y amigos.

Crítica de José Luis Vázquez

“Uno de los mejores ejemplos del género de ciencia-ficción. El contexto realista en que se desarrolla la acción, la verosimilitud de los elementos manejados y la ausencia de parafernalia, de trucos “invisibles”, contribuyen a crear la sensación de escalofrío ante la certeza de que los deshumanizados, uniformizantes invasores “son” como nosotros. Posible metáfora antimaccarthysta (o de signo contrario, según se quiera ver) aparte, estamos ante un ejercicio aterrador” (Teo Calderón dixit).

Este argumento es “trascendido hasta la genialidad por su seco, cortante tratamiento de cine negro, que presagia los futuros logros de su director” (Carlos Aguilar dixit), Don Siegel (BRIGADA HOMICIDA, HARRY EL SUCIO), maestro de Clint Eastwood, en este campo.

Ya ese escalofriante comienzo de un hombre desesperado anunciando una particularísima invasión alienígena –tal vez más probable que otras con extraterrestres con trompetilla- pone en inmejorable situación y predisposición. Algunos momentos como el de duplicado de cuerpos sin sentimientos en vainas de los cuatro protagonistas resulta de lo más perturbador.

En todo momento, esa atmósfera de permanente amenaza constituye uno de los numerosos logros de esta serie B con categoría de A plenamente redonda.

Un clasicazo irrefutable, en cualquier caso, que ha dado lugar a 3 “remakes” más o menos oficiales (LA INVASIÓN DE LOS ULTRACUERPOS de Philip Kaufman, BODY SNATCHERS/SECUESTRADORES DE CUERPOS de Abel Ferrara e INVASIÓN de Oliver Hirschbiegel y otros varios extraoficiales).

En un papel secundario, el mismísimo Sam Peckinpah. 

De obligado conocimiento y reiterado visionado.

José Luis Vázquez