Director: Kevin Reynolds
Intérpretes: Tom Felton, Joseph Fiennes, Cliff Curtis, Peter Firth, Leonor Watling, Mish Boyko, Mark Killeen, María Botto, Stephen Hagan, Stephen Greif, Antonio Gil, Selva Rasalingam
Sinopsis: Sigue a un centurión romano agnóstico con la misión de investigar la desaparición del cuerpo de Jesucristo y los crecientes rumores sobre la resurrección del Mesías.
Un estreno plenamente asociado a estas fechas de Semana Santa, pues vuelve a constituir una aproximación a la crucifixión y posterior resurrección de Jesucristo, pero abordado desde un prisma relativamente original, aunque no precisamente novedoso en los hechos que atañen al personaje más recreado de la Historia del Cine y puede que de la literatura también.
Hacía tiempo que no veía una de romanos casi a la antigua usanza y desde un punto de vista de un escepticismo creyente, si me disculpan una expresión tan aparentemente contradictoria.
Si tuviera que calificar sobre 10, le concedería un 5 raspado. Y conste en acta que de partida le reconozco su falta de pretensiones bobaliconas. O esa habilidad para trasladar las claves del cine negro a los tiempos bíblicos. O que esta historia mil veces contada, lo sea esta vez a través de los ojos de un no seguidor de la doctrina, de un tribuno romano, aunque finalmente se venga a contar lo mismo de siempre. Más que guerrero este personaje, Clavio, es un pensador por encima de cualquier otra consideración, racional y con capacidad de pensar por sí mismo y por lo que ve, por la espiritualidad que le rodea.
En el fondo no deja de ser un viaje de redención, pero sin dar por ello brasa ni sermonear. Todo fluye natural, sencillo, desde la propia convicción del personaje, sin apoyo de arengas ni peroratas hasta la manera en que es contado un episodio que todos conocemos de memoria. Además, ese tono intimista que gasta no le sienta mal al relato.
Como ha afirmado el actor encargado de encarnarlo, Joseph Fiennes, hermano de Ralph el de EL PACIENTE INGLÉS, “todavía no sé en qué creer”. Y aunque la película no suponga ninguna subversión a los hechos oficiales, no es habitual en estos tiempos una película de estas características que ensalce la fe sin apologías ni aspavientos.
Para algunos veteranos que asistimos a verla, es como introducirse en el túnel del tiempo, cuando al llegar estas fechas tanto en cine como en televisión éramos bombardeados con innumerables producciones de temáticas religiosas en la órbita católica.
El mayor problema que rastreo es lo anodina que resulta por momentos, incluso a medio tramo resulta aburridilla. Le falta definitivamente chicha, nervio, emotividad. La percibo demasiado lineal, plana, sin crescendo. Es escueta, aunque su metraje no lo sea, y también seca, aseadita y de las que no dejan huella.
El “oponente” de Fiennes es adecuado Cliff Curtis como accesible, cercano y cotidiano hijo de Dios. En un papelito breve, María Botto como una dulce María Magdalena. No se olvide que cuenta con la aportación de un importante y competente equipo español, que se ha movido a caballo entre escenarios malteses y otros abundantes almerienses. En el apartado interpretativo, Antonio Gil es José de Arimatea.
Supone la vuelta tras las cámaras después de diez años de Kevin Reynolds, a quien siempre le perseguirá la catástrofe comercial de WATERWORLD, pues a artística no me parece tal, no la considero relevante pero ni mucho menos tan infecta y despreciable como proclamaron otros. De este cineasta estadounidense lo que más me gusta es su versión sobre el mito del arquero de Sherwood, ROBIN HOOD PRÍNCIPE DE LOS LADRONES, su debut ochentero FANDANGO ¿DÓNDE DICES QUE VAS? y LA BESTIA DE LA GUERRA, la odisea de un tanque ruso y su tripulación en plena invasión de Afganistán.
Si no son demasiado exigentes, pueden pasar el rato, pues Reynolds es de los competentes, de los que saben filmar aunque a veces se queden un tanto romos y faltos de definitiva pegada en lo referido al resultado final, como es el caso.
José Luis Vázquez