Director: Sarah Gavron
Intérpretes: Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Meryl Streep, Anne-Marie Duff, Brendan Gleeson, Ben Whishaw, Romola Garai, Samuel West, Geoff Bell, Natalie Press, Lee Nicholas Harris, Richard Banks, Adrian Schiller, Judit Novotnik, Morgan Watkins
Sinopsis: Cuenta la historia de las sufragistas inglesas en los albores de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de estas mujeres no venían de clases altas, sino que eran mujeres trabajadoras que veían cómo sus protestas pacíficas no servían para nada. Radicalizadas y volviendo su lucha cada vez más violenta, estaban dispuestas a perderlo todo en su búsqueda incansable de la igualdad: sus trabajos, sus casas, sus hijos y sus vidas. Esta es la historia de Maud (Carey Mulligan), una de estas mujeres, y de su lucha por la dignidad y la de sus compañeras.
Era un estreno esperado, el drama histórico británico SUFRAGISTAS de Sarah Gavron: Al igual que LA NOVIA, también en este caso responde a mis justificadas expectativas. Es cine británico de siempre, del bueno, pulido, esmeradamente ambientado, convenientemente dramático, sólido, bien hecho, más divulgativo que reflexivo, pues las propias imágenes, duras y sombrías, se explican por sí mismas. Por supuesto, doy por descontado que ya de partida el tema del derecho al voto de la mujer cuenta con la baza de una aplastante unanimidad, aunque continúen existiendo desigualdades y machismos que llegan hasta el asesinato en las sociedades más avanzadas, no digamos ya en las subdesarrolladas.
No descubre nada nuevo, pues el episodio real que narra, llevado a la intra historia, es la lucha de las sufragistas a comienzos de siglo en Inglaterra. Pero lo hace con convicción, delicadeza, rabia, pasión y pulcritud, tanto ambiental como psicológica. En concreto, se centra en la toma de conciencia de un personaje ficticio, Maud, una mujer explotada en una lavandería desde que es cría, que paulatinamente se va indignando y nos va transmitiendo la misma a los espectadores. Algo en lo que tiene mucho que ver la entregada, matizada y formidable interpretación de una de las grandes –ya ha dejado hade tiempo de ser emergente- actrices jóvenes en la actualidad, la londinense Carey Mulligan (AN EDUCATION, DRIVE, SHAME, EL GRAN GATSBY), 30 años cumplidos en mayo de este 2015 a punto de fenecer.
Lo que nunca morirá es el discurso universal que late bajo sus cuidadas imágenes, y en la sencilla pero muy eficaz puesta en escena de Sarah Gavron en su segundo trabajo (tercero, considerando como tal el documental VILLAGE AT THE END OF THE WORLD) para la gran pantalla, tras la por mí desconocida BRICK LANE. Consigue huir del efectismo, del tremendismo, aunque no así de un lógico y entendible impacto emocional, uno de cuyos momentos cumbre lo constituye el generoso “gesto” llevado a cabo por la maestra de escuela sufragista Emily Davison durante el Derby de Epson.
Citando personajes reales, atención al que presta su encarnadura Meryl Streep en poco más de cinco minutos, la emblemática y carismática Emmeline Pankhurst, líder del movimiento femenino y fundadora de la Unión Política y Social de la Mujer.
Si aguantan tras el final, podrán leer una relación de los diferentes países en los que las mujeres han conseguido el derecho de voto. Seguro que más de un dato les sorprende. Para preservar la misma no les chafo la información.
José Luis Vázquez