Director: Aleksander Bach
Intérpretes: Rupert Friend, Zachary Quinto, Hannah Ware, Ciarán Hinds, Thomas Kretschmann, Emilio Rivera, Dan Bakkedahl, Jerry Hoffmann, David Brückner, Rolf Kanies, Melanie Benna, Joe Toedtling
Sinopsis: "Agente 47" se centra en un asesino de élite que ha sido genéticamente alterado para ser convertido en una máquina de matar perfecta, y que es conocido por los dos últimos dígitos de su código, tatutado en la nuca: "47". Su objetivo es acabar con una megacorporación que planea desvelar los secretos de su organanización secreta. Para ello, forma equipo con una joven.
Pienso en mi vista, en mis escasas neuronas y en mis imparables bostezos y decido abandonar la sala dónde proyectan esta cosa faltando un cuarto de hora para su finalización. Igual me he perdido unos últimos minutos sublimes, pero mi olfato me indica que va a ser que no. Llego hasta tal punto de hastío que aunque me jurasen que así fuera, mi paciencia ha llegado al límite.
No soporto este cine cortado por patrones de videojuego, de interminable estulticia argumental, de amorfos armarios roperos, de seres diletantes de una sola pieza, que ni se magullan, ni se rompen, ni parpadean, ni tan siquiera enarcan la ceja… ¡bendito sea por siempre Victor Mature!
Una producción diseñada con agotadores, extenuantes estándares preestablecidos hasta el hartazgo, hierática –por ser amable- en sus emociones, apabullantemente hueca y ultra violenta, pero de una violencia carente de perspectiva, de gracia, de imaginación, de alma o de cualquier rastro de ética. Para que me entiendan, como todo lo contrario de lo que era el magistral cine del genial Sam Peckinpah… o de Walter Hill en sus inicios… o de Michael Mann en la actualidad, pese a algún patinazo reciente (BLACKHAT-AMENAZA EN LA RED).
Qué desperdicio y qué derroche tan absurdo de medios y pirotecnia, porque de los actores poco podía esperar –hasta la fecha- desde la misma línea de salida. Se trata tan solo de mostrar perchas, llevar bien ajustaditos los abrigos (como el calvo del anuncio de la lotería de Navidad) o lucir acrobacias y tipo.
Se podría resumir en… disparos, disparos y más disparos que no conducen a ningún sitio que proporcione entusiasmo alguno. Y no sigo abusando de su tiempo ni del mío, leñe, que ya me he pasado con creces de número de líneas para los méritos contraídos por esta verdadera pérdida de tiempo, esta calcomanía de tantas otras ya de por sí estériles antecesoras.
José Luis Vázquez