jueves, 19 de junio
jueves, 19 de junio
Director: Steve Loter
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Campanilla y su grupo de amigas hadas entablan amistad con un misterioso y enigmático animal, al que llaman NeverBeast. Por el contrario, otro grupo de hadas, que se apodan scouts, tiene el objetivo de capturar a la criatura, pues lo consideran una amenaza para el conjunto de las hadas y tienen miedo de que pueda destruir sus hogares. A pesar de que Campanilla confía en que nunca lo haría, ella y sus amigas tendrán que unirse para salvar a su nuevo amigo.
La franquicia de CAMPANILLA es como si fuera el McDonald animado de bajo calado de la factoría Disney. Una saga de consumo rápido que resulta de lo más inocua e irrelevante.
De factura más bien discreta y simpatía infantilona, sus sucesivas entregas se degluten sin que dejen la menor huella, salvo el entretenimiento puntual que proporciona a los más pequeños de la casa. Es más, si no fuera por sus respectivos enunciados, sería fácil confundir los simplones argumentos de unas respecto a otras. Es el caso de esta quinto o sexto capítulo, pues he acabado ya perdiendo la cuenta.
Lo más “destacado” en esta ocasión se centra exclusivamente en el diseño de la –tan solo inicial y aparentemente- fiera cornúpeta que pulula por sus imágenes. Acaba resultando sin sombra alguna, ni la de ausente de Peter Pan, la “estrella” de la función. Se notan en su concepción trazos e influencias de alguna de las criaturas del mundo Miyazaki.
Respecto al resto de animación digital, no presenta ninguna novedad, ninguna mínima muestra de riesgo, atrevimiento u originalidad. Muestra la competencia sin fuste de sus antecesoras, propia más bien de una serie B sin mayor alcance. Es un dibujo aseado y carente de sutileza. Por no hablar de su argumento, francamente huérfano.
Constituye un claro ejemplo de producto destinado casi exclusivamente al mercado doméstico norteamericano o concebido para rellenar inmediatamente las estanterías de los videoclubes, de aquellos que todavía se hayan podido ir manteniendo en pie. Su mejor función es que sirve de calmante ocasional para quienes tengan críos pequeñines.
Aquí la bondadosa hada Fawn descubre la existencia de la criatura anteriormente mencionada de carácter legendario. Algún numerito musical, como el de la construcción con piedras y los paquidérmicos a la par que gatunos movimientos de aquélla, acaban resultando lo único a valorar.
Steve Loter la ha dirigido sin excesivo esfuerzo o estruje de sesera imaginativa.
José Luis Vázquez
