Director: Randal Kleiser
Intérpretes: John Travolta, Olivia Newton-John, Stockard Channing, Jeff Conaway, Didi Conn, Lorenzo Lamas, Dinah Manoff, Barry Pearl, Michael Tucci
Sinopsis: Verano de 1959. Sandy (Olivia Newton John) y Danny (John Travolta) han pasado un romántico y maravilloso verano juntos, pero, cuando las vacaciones se acaban, sus caminos se separan. Inesperadamente, vuelven a verse en el instituto Rydell, pero la actitud de Danny ya no es la misma: ya no es el chico encantador y atento que encandiló a Sandy; ahora es engreído e insensible.
Vitalidad, humor a raudales, buen rollo, arrasadora felicidad, magníficas y evocadoras canciones y bailes, explosión permanente de alegría… Eso y muchísimas cosas más, todas ellas afortunadas, desprende esta producción de 1978, mítica casi desde el momento que se pudo ver en más de medio mundo, amén de constituir todo un taquillazo.
Otro éxito de Broadway trasladado a la gran pantalla. Un magistral pastiche, pletórico y rítmico, de los ambientes descritos en títulos previos, pioneros, como REBELDE SIN CAUSA si me voy al plano dramático o montones de comedias teenagers de los 50, como UN BESO PARA BIRDIE. Emparentable con éste por idéntica vocación burloncilla.
Los números fueron brillantemente coreografiados por Patricia Birch y admito que en mi caso lograron plenamente su objetivo, entre otros el de transmitirme un desbordante optimismo y jovialidad, una óptica festiva y saludablemente guasona sobre los milagrosos 60/finales de los 50 en los USA. En todo momento, destila una simpática y hasta fina ironía, algo que resulta patente en esa reunión casera y nocturna de Pink Ladies, con la formidable Stockard Channing a la cabeza, en la que aluden a Sandra Dee, todo un icono virginal de la todavía “ingenua” América del momento.
Un vehículo ideal para acabar de entronizar, temporalmente, a un estupendo John Travolta, eufórico tras haber obtenido tan solo un año antes otro éxito abrumador con la espléndida FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE. Siempre he defendido a este estupendo profesional al que afortunadamente reivindicara –otorgándole de paso una segunda vida profesional cuando estaba padeciendo cierto ostracismo- Quentin Tarantino en PULP FICTION. Está de lo más gracioso y divertido, tanto verbal como mímicamente.
A destacar la presencia en sabrosos cometidos secundarios de veteranas y otrora estrellas del Hollywood dorado de los 30, tales como Joan Blondell y Eve Arden. O de cantantes y comediantes tan efectivos como Frankie Avalon y Sid Caesar.
Se muestra adorable la australiana Olivia Newton-John, co partenaire del actor-bailarín-, la cual da perfectamente el pego como jovencita de 18 años cuando en realidad tenía 30 al afrontar este rodaje.
La música, imponente. Extraordinaria. Ideal para uno de esos días en los que el estado de ánimo no se encuentre atravesando su mejor momento.
Siempre que la escucho me encanta una frase que exclama la líder de las Pink Ladies: "Tengo tantos cardinales que parezco El Vaticano".
José Luis Vázquez