Director: Alice Waddington
Intérpretes: Emma Roberts, Danielle Macdonald, Awkwafina, Milla Jovovich, Eiza González, Jeremy Irvine, Arnaud Valois, Hunter Tremayne, Liliana Cabal, Daniel Horvath, Gary Anthony Stennette, Johnny Melville, Julius Cotter, James Giblin, Eric Goode, Gaile Butvilayte, Cooper Crafar, Ricardo Mena, Sarah Ann Shaw, Karina Kolokolchykova
Sinopsis: Paradise Hills es un internado de lujo donde familias acomodadas mandan a sus hijas para que sean entrenadas y educadas para ser mujeres perfectas. Uma (Emma Roberts) es enviada allí y pronto descubrirá que la residencia oculta un oscuro secreto.
Está Emma Watson, la Hermione Granger de la popularísima saga HARRY POTTER; está la estupenda Emma Stone, la de CRIADAS Y SEÑORAS, LA FAVORITA o la maravillosa LA LA LAND... y está, la menos conocida de las tres, Emma Roberts, que algunos la podrán recordar por haber participado en la serie de terror AMERICAN HORROR STORY y en la muy agradable HISTORIAS DE SAN VALENTÍN. Esta última Emma es la más joven de ellas, 28 primaveras, aunque las tres se mueven en una horquilla de diferencia de tan solo 730 días (la viejuna es Stone –cumple los años el mismo día que yo, o yo que el de ella… aunque sea mucho más mayor. La primera es británica, las otras dos norteamericanas.
Roberts protagoniza esta equívoca –por aquello de que pudiera despistar su “look”- producción española que cuenta con abundantes actores anglosajones en sus principales papeles y que constituye una distopía modestamente ambiciosa, empoderada… y fallida. Mona visualmente, pero un tanto latazo en lo que verdaderamente importa, en lo magro, en lo consistente.
Advierto batiburrillo en su exposición estética y argumental, varias influencias dispares y no muy bien centrifugadas que, como sagazmente apunta Javier Ocaña bien pueden ir desde LA FUGA DE LOGAN a PICNIC EN HANGING ROCK pasando por LAS MUJERES PERFECTAS o cualquier drama victoriano, y hasta una mezcla o pastiche de géneros que en esta ocasión se atraganta en exceso, pasando por una puesta en escena centrada en lo florido y no en lo sustancial, o al menos esto último escasamente logrado. La sutileza tampoco figura entre sus virtudes.
Alice Waddington, su debutante directora (bilbaína si mis informaciones son correctas), muestra más aptitudes para lo puramente ornamental que para lo magro o lo focal. Uno de los guionistas es Nacho Vigalondo (LOS CRONOCRÍMENES… lo único suyo que me interesa parcialmente hasta la fecha es COLOSSAL) que no es precisamente un santo de mi devoción pese al considerable prestigio del que goza…y a reconocerle relativa imaginación y talento.
El título responde al nombre de un internado del futuro donde las familias de alto copete envían a sus hijas para ser perfectas, intachables. Una lata, vamos. El caldo de cultivo perfecto para que el personal se rebele contra el sistema, y dado los tiempos que corren resulta más adecuado que sean chicas las que se encarguen de ello, pues ya no nos encontramos ante las típicas princesas que recurren al príncipe de sus sueños (o pesadillas) para que las saquen de los entuertos, sino que ellas solitas se bastan por sí solas para superar los escollos y sin necesidad de maromos. Y hasta aquí les cuento, ya que no quiero que me acaben tildando de spoilero contumaz.
Que quieren que les diga, hagan con su tiempo lo que consideren oportuno, pero dadas las miles de obras maestras que seguramente les queden todavía por descubrir, yo de ustedes pasaría palabra, quiero decir… película. Cierto también que dista un trecho de resultar un bodrio, pero eso no le sirve de justificante.
Lo mejor, lo guapísima que sale y lo bien que le sientan los 43 años a la otrora quinta elementa, mata zombis y guerrera Milla Jovovich, actriz de origen ucraniano nacionalizada estadounidense.
No mucho más exhibe este producto desechable al instante para poder reparar en él.
José Luis Vázquez