lunes, 9 de junio
lunes, 9 de junio
Director: Mar Targarona
Intérpretes: Mario Casas, Alain Hernández, Frank Feys, Rubén Yuste
Sinopsis: Con la ayuda de un grupo de prisioneros españoles que lideran la organización clandestina del campo de concentración de Mauthausen, Francesc Boix (Mario Casas), un preso que trabaja en el laboratorio fotográfico, arriesga su vida al planear la evasión de unos negativos que demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis. Miles de imágenes que muestran desde dentro toda la crueldad de un sistema perverso. Las fotografías que Boix y sus compañeros lograron salvar fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los juicios de Núremberg en 1946. Boix fue el único español que asistió como testigo.
Asisto entumecido, y no ya por el horror mostrado en pantalla, a la contemplación de esta pesada y plomiza propuesta, que parte de un argumento de lo más prometedor e interesante. Ni más ni menos aborda la historia, sacada a la luz –o aireada, si prefieren- recientemente del fotógrafo español Francesc Boix (un joven republicano capturado en Francia), recluido en el campo de concentración austriaco que da título a la película, y que conseguiría evadir negativos que dieron a conocer al mundo los espantos vividos y perpetrados por los nazis en tan atroz y olvidable lugar.
No encarna del todo mal al protagonista Mario Casas, agradezco su esfuerzo físico de adelgazamiento, pero no me acaba de convencer. No dudo que el actor coruñés continúa esforzándose profesionalmente, y seguramente puede que le acabe pasando lo mismo que a José Coronado, que con los años fue puliéndose y actualmente es uno de los mejores españoles desde hace unos años, pero a fecha de hoy se siguen revelando insuficientes sus aptitudes. La única de sus interpretaciones que destaco de su filmografía es la llevada a cabo como uno de los polis de la notabilísima GRUPO 7 del excelente cineasta sevillano Alberto Rodríguez.
Uno de los inconvenientes al acercarme a este trabajo, es que tengo frescas, bastante recientes en la memoria, las revisiones de esas sendas obras maestras que son TRAIDOR EN EL INFIERNO de Billy Wilder y LA LISTA DE SCHINDLER de Steven Spielberg, principalmente la primera. Y ya sé que no son adecuadas las comparaciones, pero a veces resultan inevitables. Presupuestos aparte, lo obtenido por Wilder aparte de que hace palidecer de por sí a cualquier otro empeño, resalta aún más los defectos de la obra de Mar Targarona.
La profundidad en personajes y situaciones raya por su ausencia. Y no entiendo que pintan personajes tan episódicos como el encarnado por Macarena Gómez, pero no tengo que apelar a este tan fugaz, para mostrar mi decepción por los que supuestamente deberían haber tenido mayor recorrido. Finalizada su proyección, ninguno se me queda especialmente grabado, ni tan siquiera el del nauseabundo jerarca encargado de comandar tan tétrico reducto.
Los reproches los hago extensivos a una “ligera” y a la vez amazacotada propuesta narrativa que me provoca el bostezo en varias ocasiones. Y continúan con una presentación de personajes farragosa, escasamente ágil o amena. Tampoco la voz en off contribuye a darle brío al asunto. Ni tan siquiera una escenografía y ambientación lo suficientemente atractiva, y ello aun teniendo en cuenta su modestia presupuestaria.
Es una verdadera lástima que un argumento tan apasionante, en el que se podría haber jugado con la luz propia de la emulsión de la cámara, con resplandores y sombras, con esa enorme carga dramática adosada a cualquiera de sus pliegues, se acabe reduciendo a una serie de clichés sin fuerza alguna y a la divulgación sin fuste alguno de un hecho relevante.
José Luis Vázquez
