viernes, 4 de julio

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Estreno en Royal City

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Juego de ladrones: El atraco perfecto ()

Director: Christian Gudegast

Intérpretes: Gerard Butler, Pablo Schreiber, O'Shea Jackson Jr., Curtis '50 Cent' Jackson, Sonya Balmores, Maurice Compte, Evan Jones, Brian Van Holt, Jordan Bridges, Eric Braeden, Jermaine Rivers, Meadow Williams, Michael Papajohn, Lewis Tan, Oleg Taktarov, Mo McRae, Kaiwi Lyman, Patti Schellhaas, Michael Bisping

Sinopsis: Todos los días, el banco de la Reserva Federal de Los Ángeles saca de la circulación 120 millones de dólares en efectivo. Un grupo de experimentados ladrones planea su gran atraco final: robar esos 120 millones, pero el departamento del Sheriff de Los Ángeles, la brigada más temida de la ciudad liderada por 'El gran Nick' (Gerard Butler), no está dispuesto a ponérselo fácil. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Reciente aún el estreno de la estupenda LA SUERTE DE LOS LOGAN, carente de su definitiva maestría y particular sentido del humor, aterriza en la gran pantalla un potente policíaco de polis y ladrones y de robos supuestamente –y no crean que descubro nada, ya saben, nunca se fíen- perfectos.

Este último subgénero, supuso uno de los tantos que provocaría una buena parte de la felicidad de mi infancia, gracias a que Televisión Española, los sábados por la noche preferentemente (veteranos y nostálgicos recordarán aquellas impagables sesiones de SÁBADO, CINE), solía obsequiarnos a los espectadores –niños algunos, como en mi caso- de finales de los 70 y comienzos de los 80, con abundantes y cualificados exponentes que incidían en dicha temática: LA JUNGLA DE ASFALTO, EL GOLPE, SUPERGOLPE EN MANHATTAN, UN DIAMANTE AL ROJO VIVO, LOS VIOLENTOS DE KELLY, HARRY DEDOS LARGOS, LA CUADRILLA DE LOS ONCE, UN TRABAJO EN ITALIA, EL CASO DE THOMAS CROWN, TARDE DE PERROS (Sidney Lumet ha sido uno de sus mejores artífices, al igual que le sucedió con las películas de juicios), HEAT, ATRACO PERFECTO, EL LADRÓN QUE VINO A CENAR, LADRÓN Y AMANTE, LA HUÍDA, EL GRAN ROBO, MARNIE LA LADRONA, EL QUINTETO DE LA MUERTE, EL ROBO AL BANCO DE INGLATERRA, CÓMO ROBAR UN MILLÓN Y…, UN BOTÍN DE 500.000 DÓLARES, EL ÚLTIMO REFUGIO, ORO EN BARRAS… Permítaseme también la licencia de una obra maestra del humor sobre el asunto de matriz española, ATRACO A LAS TRES.

Y no me meto ya en la década de los 90 o en lo que llevamos de siglo XXI…  porque si no, el listado sería interminable (HEAT, PLAN OCULTO, ATRÁPAME SI PUEDES, OCEAN´S ELEVEN (HAGAN JUEGO), LE LLAMAN BODHI, THE SCORE, RESERVOIR DOGS, THE LADYKILLERS, SNATCH: CERDOS Y DIAMANTES, etc).

Es un subgénero cuyos catedráticos suelen ser en una aplastante mayoría estadounidenses y británicos. Va incorporado en su ADN cinematográfico, al igual que el cine de espías, jurídico, de submarinos, de los Mares del Sur, de fantasía oriental y tantísimos otros más.

JUEGO DE LADRONES: EL ATRACO PERFECTO es el debut, afortunado conviene matizar, tras las cámaras del fugaz guionista, especialista en la materia (DIABLO, OBJETIVO: LONDRES, también con el protagonista de esta, Butler) y californiano –angelino para más señas- Christian Gudegast.

Cabe valorar el que se haya puesto con más que respetable profesionalidad y pericia al servicio de la historia, el de ese robo perfectamente trenzado y al duelo que se entabla entre los briosos cabecillas de ambos bandos, el ladrón y el cabecilla de los hombres del sheriff.

Gerard Butler (300, EL FANTASMA DE LA ÓPERA, UN CIUDADANO EJEMPLAR) y Pablo Schreiber (13 HORAS: LOS SOLDADOS SECRETOS DE BENGASI) resultan dos aguerridos, peligrosos, enérgicos y magníficos antagonistas. Ellos y los encargados de hacer creíbles las dinámicas y formidables secuencias de acción, se encargan de mantenerme pendiente ante lo que veo, sobre todo, a través de una electrizante media hora final… pura adrenalina sin tregua alguna.

Y lo que podría ser un inconveniente resulta aquí virtud, me refiero al hecho de que se ajuste a patrones preestablecidos, al convencionalismo de partida y de salida mostrados que, en manos de avezados técnicos e intérpretes, se convierte en un pasatiempo de pasmosa y feliz deglutir.

No se le pida a veces a este tipo de productos demasiadas exquisiteces ni sutilezas, pues tampoco es esa su pretensión. Lo que cuenta se cuenta muy bien, con efectividad, expeditivamente y con el habitual “reproche” achacable a muchas de estas propuestas, lo lijoso y enmarañado que suele suponer detallar el gran golpe. Y eso que aquí está meridianamente expuesto.

José Luis Vázquez