Director: M. Night Shyamalan
Intérpretes: Will Smith, Jaden Smith, Sophie Okonedo, Zoe Kravitz, Isabelle Fuhrman, Kristofer Hivju, Sacha Dhawan, Chris Geere, David Denman, Monika Jolly
Sinopsis: Tras una serie de cataclismos que forzaron a la humanidad a abandonar la Tierra, Nova Prime se convirtió en su nuevo hogar. Tras una larga misión fuera de ese planeta, el legendario general Cypher Raige regresa en compañía de su hijo Kitai. En medio de una tormenta de asteroides, la nave se avería y se estrella contra la Tierra, lugar desconocido y peligroso en el que todos los seres vivos no tienen más objetivo que eliminar a los hombres. Como Cypher ha resultado herido, Kitai debe recorrer ese mundo hostil en busca de la baliza de rescate. Siempre ha querido ser un soldado como su padre, y ahora se le presenta la oportunidad de cumplir su deseo.
Qué lástima que el otrora por mí admirado y permanentemente reivindicado M. Night Shyamalan (EL SEXTO SENTIDO, EL PROTEGIDO, EL BOSQUE, SEÑALES, LA JOVEN DEL AGUA, todas magistrales, la cuarta y quinta más incomprendidas) uno de los grandes maestros, por no decir el mejor junto a James Wan, del cine de terror surgido en los últimos quince años, debido a algunos injustos fracasos comerciales en su carrera, esté dando recientemente unos bandazos (AIRBENDER, este fiasco AFTER EARTH) que le han hecho bajar algunos peldaños en mi consideración artística.
Desde luego, lo que nunca ha acabado de perder son unas ciertas hechuras profesionales que propician que saque discretamente adelante las producciones juvenil/adolescentes en las que se ha embarcado. Esta sin ir más lejos, una historia de ciencia-ficción y supervivencia en un futuro remoto de la Tierra, para la que se ha rodeado de una cierta parafernalia visual, resulta tan granítica como las oquedades por las que se mueve el joven protagonista para librarse de una horrenda criatura alienígena.
Su gran problema es que su “discurso” de aprendizaje no muestra ninguna relevancia, discurre de manera perezosa dejándolo enteramente en manos de los chicos de efectos digitales pero sin mayor trascendencia. El “déja vu” más rutinario se impone y no da paso a ninguna idea de fuste, de peso, alguna trama o subtrama argumental lo suficientemente enjundiosa.
Tal vez el simpático Will Smith no debería acaparar tantos cometidos en sus producciones, en este caso añade la de argumentista, y dejar funciones tan delicadas como esa para especialistas más consistentes o avezados. Él se desenvuelve con cierto desparpajo como actor, si quiere ser productor nada que objetar, pero entiendo que por ahora no debería meterse en otros fregados que no controla tan bien.
Algún momento aislado de gran belleza visual la redime tan sólo un poquito, pero definitivamente es inofensiva, intrascendente y me vuelve a resultar molesto ese tono de videojuego que la envuelve.
José Luis Vázquez