Ya se ha estrenado ‘Reina Juana’, el nuevo reto teatral de Concha Velasco, una obra escrita por Ernesto Caballero y dirigida por Gerardo Vera, en la que la actriz se mete en el piel –nada más y nada menos- que de Juana ‘La Loca’. Hasta el 12 de Junio se puede disfrutar en La Abadía del recital que nos da una de las grandes damas de nuestro teatro.

“Perdónenme que sea un poco pesada, pero les tengo que confesar una cosa: -Justo ahora que acaba de terminar la función, me encantaría volver a hacerla ahora mismo otra vez-“. Con estas sorprendentes y emotivas palabras, Concha Velasco interrumpía la sonora ovación, que durante más de cinco minutos, le propinaba el público tras ver ‘Reina Juana’. Decenas de vítores y bravos que premiaban la increíble actuación de una actriz que es historia viva del teatro. Sin duda, una de las ovaciones más clamorosas que he escuchado nunca en una sala. Una exultante Concha Velasco hacía algo insólito y, tras salir tres o cuatro veces a recibir los aplausos del público, y saludar con la mano a algunos espectadores de las primeras filas, rompía el protocolo y se dirigía al respetable trasmitiendo su emoción y la suerte que tenía de dar vida a Juana la Loca. “A lo largo de mi carrera he tenido la fortuna de poder elegir todos los textos que he interpretado pero hacer este personaje supone un enorme privilegio para mí. Ernesto Caballero ha escrito uno de los textos más hermosos que he interpretado en mi vida. ¡Y qué decir de la dirección de Gerardo Vera! Ustedes han visto de lo que es capaz este hombre. De hecho, cuando la gente me pregunta si es un monólogo, yo les digo que no porque, a lo largo de la función, yo no me siento sola en ningún momento. Ahí conmigo están Fernando, Isabel, Felipe, Carlos….Permítanme que me haya tomado la licencia de hablar con ustedes pero una vez que fui al teatro a Londres, allí los actores -que eran buenísimos- al terminar la función se dirigían al público y eso he hecho yo hoy. Discúlpenme por el atrevimiento y muchas gracias”. Antes de que terminara de dar las gracias, el público que abarrotaba la Abadía ya estaba aplaudiendo otra vez a una radiante y emocionada Concha Velasco que, en ‘Reina Juana’, nos brinda una de las mejores interpretaciones de su vida.

La obra comienza con una desquiciada doña Juana que lleva muchos años encerrada en una fortaleza en Tordesillas y que es obligada a confesarse para redimir de sus pecados. Ella, desde muy joven, ya mostraba signos evidentes de indiferencia religiosa que su madre trató de mantener en secreto. A lo largo de noventa minutos, la Reina Juana se confiesa ante un sacerdote y durante su confesión relata y recrea los episodios más importantes de su vida; los más felices y los más emotivos, pero sobre todo los más dolorosos y los más terribles en una vida plagada de miserias.

Y para contarnos esta trágica historia, Ernesto Caballero ha confeccionado un magnífico texto cargado de belleza y momentos vibrantes; un traje hecho a la medida de una gran estrella como Concha Velasco. Un texto brillante aunque, bien es cierto, que al principio se hace un poco tedioso por su complejidad y que no termina de arrancar hasta el minuto 25, -cuando Juana llega a Flandes y conoce a Felipe. A partir de este instante todo transcurre con mucha fluidez.

Partiendo de la excelente materia prima de Caballero, Gerardo Vera realiza un trabajo sensacional en la dirección. Salvando esos primeros 20 minutos, el ritmo no decae en ningún momento y Vera maneja con maestría a su estrella moviéndola de un lado a otro del escenario, sin tregua. ‘Reina Juana’ brilla por una maravillosa puesta en escena en la que destacan la sublime iluminación de Juanjo Llorens –sin duda, uno de los puntos fuertes de este montaje-; las proyecciones de Álvaro Luna y el espléndido espacio sonoro creado por Raúl Bustillo.

Apoyándose en estos elementos y con una sencilla escenografía -compuesta por un reclinatorio y una cama en una oscura habitación que solo tiene una gran puerta y un ventanal- Concha Velasco nos deleita dando vida a la Reina Juana. La actriz está majestuosa en la piel de esta mujer a quién las conspiraciones y los celos la llevan a la locura. Desgarrada, generosa, llena de emoción y con los ojos vidriosos durante toda la representación, Concha Velasco demuestra, a sus 76 años, que el escenario es su hábitat natural. Ahí se mueve como pez en el agua demostrando un absoluto dominio del mismo. La actriz nos regala una soberbia actuación llena de momentos sublimes. Impresionante la escena en que la princesa Juana conoce a su futuro marido, Felipe de Habsburgo. Es una verdadera belleza. Un haz de luz cae desde arriba sobre la cara de la actriz mientras sale humo de fondo y suena una música bellísima. Los nervios del principio se convierten en alegría, y la felicidad se transforma en lágrimas. Concha Velasco está increíble transmitiéndonos todas estas sensaciones de una manera primorosa. Genial también la recreación de la boda o cuando ella regresa a Castilla. También es muy emocionante la escena en que ella ve por última vez a su madre o la muerte de ésta. Pero hablando de muertes, sin duda, es la de su marido la más conmovedora, con ella abrazándose al cuerpo sin vida del hombre que la desquició completamente. A lo largo de noventa minutos, la actriz nos deslumbra en muchas escenas como aquella en la que es coronada reina y luego al instante decretan su incapacidad para gobernar. Y también nos encoje el corazón cuando los celos y la desesperación se apoderan de ella llevándola a la locura. Sus ojos lo dicen todo.

Concha Velasco está inmensa mostrándonos el dolor y la tristeza de una mujer a la que no dejaron ser esposa, a la que no dejaron ser madre –apartándola de sus hijos- y a la que su propio padre –Fernando- y su hijo Carlos impidieron ejercer de reina. Una mujer que estaba llamada ser grande pero que murió en una fortaleza en la que estuvo encerrada más de treinta años alejada del mundo. Un personaje mítico e histórico que es interpretado por una de las grandes damas de nuestro teatro, Concha Velasco que, dando vida a la ‘Reina Juana’ desata la locura en ‘La Abadía’ alcanzando una de las cumbres de su impresionante carrera.

(Este artículo también lo puedes encontrar en www.elteatrero.com)