“Deberías aprender a coger una broma con la misma facilidad que coges una polla”. Con este post y siguiendo la línea de las recomendaciones que indica en su web oficial, Acción follética nos anima a tomarnos con humor las publicaciones que realiza en las redes sociales. Sin embargo, quienes se encargan de administrar la página deben ignorar que los límites de la comicidad se encuentran en el respeto hacia el colectivo afectado por sus pretendidas bromas, convertidas demasiadas veces en un ataque hacia las mujeres. El machismo evidente en gran parte de sus publicaciones no puede ser camuflado bajo el disfraz del humor y mucho menos bajo la supuesta falta del mismo que, a su parecer, padecemos aquellas que consideramos ofensivos y sexistas sus post. Acción follética ha tachado de amargadas a las mujeres que se han lanzado a mostrar su disconformidad en la sección de comentarios. Yo debo ser una amargada más porque no logro encajar con humor que me presenten el modelo de mujer perfecta como aquella que “actúa como una dama, cocina como una madre y folla como una puta”.
A pesar de definirse como una página cuya temática principal es el sexo y las relaciones de pareja, Acción follética contribuye a reforzar los estereotipos de género y a promulgar un discurso machista que se propaga a través de las redes sociales donde acumulan una importante suma de seguidores, lo cual pone de relevancia la gravedad del asunto, manifestando la pasividad social ante esta problemática. La exitosa página despersonaliza a la mujer situando como epicentro de su identidad la vagina, lo cual queda patente en afirmaciones tales como “si te invita a ver una película en su casa y solo viste una película. Es una estrecha y una calientapollas”. Este es solo un ejemplo que muestra la sexualización extrema de la mujer, quedando relegado su plano intelectual y emocional a la pasividad.
Las alusiones a la decencia femenina abundan también en los diferentes post. El planteamiento machista de Acción follética no considera “buena mujer” a aquella que frecuenta las discotecas ni a la que muestra más piel de lo políticamente correcto en sus fotografías. Por si estas advertencias no son suficientes, la página avisa a sus seguidores de la avaricia de muchas mujeres que tan solo buscan exprimir económicamente a sus compañeros sentimentales. Así, consejos como “si te saca más semen que dinero, es la adecuada” abundan en las publicaciones.
Todavía no se han percatado de que las “amargadas” aspiramos a obtener una independencia económica que nos permita, entre otras cosas, elegir la opción de ocio que más nos interese en cada momento sin que nadie nos juzgue por bailar en una discoteca. Las “amargadas” también somos dueñas exclusivas de nuestro cuerpo y existen partes del mismo que nos parecen especialmente bonitas por lo que somos libres de mostrarlas del modo en que consideremos oportuno. Potenciar nuestra faceta sexual desde la autoridad y la autonomía de la que solo nosotras gozamos no es un problema. El problema está en quién no es capaz de aceptar que las mujeres podemos mostrar nuestro cuerpo desde un punto de vista reivindicativo o simplemente estético sin pretender provocar erecciones, tan solo porque en un momento determinado nos apetece hacerlo. Nadie tiene que juzgarnos por ello. Hoy, en honor de Acción follética, recupero la foto de un artículo anterior para la cabecera de esta semana.
No sé si algún administrador o seguidor de dicha página leerá este artículo. Si es así, me extraña que haya podido llegar al final y si lo ha conseguido sus neuronas estarán echando humo desmesuradamente. No se pueden tener altas expectativas sobre alguien que se atreve a escribir públicamente algo como “si el feminismo fuese igualdad no llevaría el nombre de un solo sexo”. Si de verdad consiguen tener sexo con alguien, les aconsejaría que entre polvo y polvo leyesen algún libro.