jueves, 18 de abril

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Cine-TV

Los geniales Monty Python se quedan huérfanos

Por José Luis Vázquez

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Foto: Terry Jones en La vida de Brian

Un recuerdo obligado y breve a Terry Jones, uno de los más preclaros componentes de ese colectivo humorístico rompedor y divertidísimo que fue Monty Python. Este miércoles típicamente invernal me entero de su fallecimiento ayer martes 21 de enero a los 77 años, tras una ardua batalla contra la demencia.

Fue el director del más memorable trabajo del grupo, LA VIDA DE BRIAN (THE LIFE OF BRIAN), sin discusión una de las películas más divertidas, irónicas, mordaces y punzantes de la historia del cine, a la altura –en otro estilo y registro- de TO BE OR NOT TO BE (SER O NO SER) de Ernst Lubitch. Algunos de sus momentos son de una estricta y rigurosa actualidad pese a estar focalizada en tiempos del Imperio Romano que rigiera nuestra actual era.

En su faceta de actor le tocó pechar con papeles como el de madre del susodicho Brian, un trasunto en plan más reivindicativo e igualmente proletario del mismísimo Jesucristo.

Pero hubo otros títulos cinematográficos, aparte de sus memorables programas e intervenciones televisivas (ahí queda para las antologías MONTY PYTHON´S FLYING CIRCUS), que cimentarían su justificada reputación, algunos también francamente descacharrantes como EL SENTIDO DE LA VIDA, LOS CABALLEROS DE LA MESA CUADRADA Y SUS LOCOS SEGUIDORES, LOS HÉROES DEL TIEMPO o LA BESTIA DEL REINO, las dos primeras co dirigidas con Terry Gilliam –el único miembro norteamericano- y las dos dirigidas ya por este último en solitario-, aunque la verdad es que entre los 7 componentes de los Monty todos hacían de todo.

Galés de nacimiento su asociación con sus compatriotas británicos John Cleese, Eric Idle, Graham Chapman y el citado Gilliam tiñeron de ingenio, confirieron lustre y esplendor a la comedia durante –principalmente- las décadas de los 70 y 80. También escribió libros y poemas de los que no puedo constatar su valía, destacada en cambio por muchos de quienes sí los han leído.

Mil gracias por tantísimas risas inteligentes con sentido… de la vida y hasta de la oportunidad.

Descanse en paz. Pongánle, rubriquen este obituario con silbiditos finales a lo VIDA DE BRIAN. Ya saben... MIRA SIEMPRE EL LADO BRILLANTE DE LA VIDA. Pues eso.