viernes, 19 de abril

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Sociedad

Denuncian en un comunicado la "situación extrema" que viven los estudiantes de Medicina del Campus de Ciudad Real

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Desde el Colectivo Estudiantil de Ciudad Real queremos denunciar la situación extrema que viven los y las estudiantes de Medicina del campus de Ciudad Real.

Estos estudiantes están sometidos a una carga de trabajo excesiva debido a un plan de estudios nefasto, con muy poca flexibilidad en los horarios. Del 64,4% al 70,7% de los alumnos afirma que “es difícil realizar actividades más allá de la carrera, si lo hago es a costa de horas de sueño, notas, comer bien…”, según una encuesta realizada el pasado curso 2017-18. También afirman en porcentajes superiores a un 75,6% que el modelo docente no les permite conciliar una vida socio-familiar satisfactoria, afirmación que alcanza un 98,2% en alumnos del segundo ciclo. Pero no sólo reclaman tiempo para conciliar una vida sana social, mental y emocionalmente, también reclaman tiempo para poder estudiar, puesto que llegan hasta un 67,4% los alumnos que consideran insuficiente el tiempo para cumplir los objetivos del programa, y hasta un 42,9% los que consideran que “no, en absoluto” disponen del tiempo suficiente para estudiar.

Es tal la presión que sufren (se examinan cada mes de 5 asignaturas a la vez, con una evaluación continuada muy descompensada), y tan poco el tiempo libre del que disponen para conciliar los estudios con su propia vida, que buena parte de ellos padecen problemas de salud, llegando incluso a medicarse. En la encuesta facilitada por el alumnado se puede establecer una clara relación entre el nivel de ansiedad y las exigencias del programa en cada curso, alcanzando hasta un 75,4% los alumnos que alguna vez han sufrido trastornos de este tipo y hasta un 38,2% los alumnos que han necesitado atención médica o tratamiento por ello. Un dato aún más alarmante es el porcentaje de alumnos que han pensado seriamente en el suicidio durante la carrera, siendo de un 13,3% en segundo curso (donde se imparte una asignatura de 33 créditos) y de un 15,8% en cuarto curso, el más exigente del programa según alumnos y docentes.

Su plan de estudios sólo se lleva a cabo en la facultad de medicina de Ciudad Real, siendo diferente y más ligero en la facultad de Albacete. Tienen la sensación de que la facultad está usándoles como conejillos de indias para probar un sistema que no funciona.

Para colmo, como hemos mencionado anteriormente, tienen una asignatura de 33 créditos, más de la mitad de un curso (un curso de cualquier grado computa 60 créditos ECTS), que podría ser perfectamente separada en otras asignaturas independientes. Es una asignatura muy pesada, la cual muchos suspenden con el correspondiente perjuicio económico que eso supones (las segundas y terceras matrículas se disparan), haciendo que no todo el mundo pueda estudiar dicha carrera debido a la barrera económica que esto supone.

Otro de los problemas que sufren es el de tenerse que desplazar desde el Hospital General (está en la otra punta de la ciudad) hasta la facultad en un tiempo récord la mayoría de los días (las clases, prácticas y talleres les ocupan gran parte de la jornada). Además, la UCLM no les cubre los gastos de desplazamiento. Desde el CECR llevamos años reivindicando la necesidad de implantar un bono de transporte para estudiantes (una necesidad fundamental para el caso de estudiantes de medicina y enfermería).

Los compañeros y compañeras denuncian en un 88,9% a 98,2% que la carga de trabajo es excesiva  y se quejan de la falta de interés de la dirección de la facultad ante estos problemas que conoce y que no escucha. Se han puesto en contacto en multitud de ocasiones con la misma (del 84,4% al 100% afirma que la facultad no escucha sus propuestas y sugerencias), pero la falta de democracia en la universidad, la cual el Colectivo Estudiantil llevamos denunciando desde nuestros inicios, hace que sus palabras caigan en saco roto.

Después de sufrir esta situación extrema durante su vida académica, sus problemas no acabarán, pues tendrán que realizar el MIR, trabajando como mano de obra barata.

Todo esto, que les acarrean daños psicológicos y económicos, es un claro ejemplo de la ineficiencia del sistema educativo. Con la encuesta realizada el curso pasado el alumnado intentó demostrar al equipo decanal de la facultad las imperfecciones de su sistema y la necesidad de establecer cambios que mejoren la calidad de vida de sus alumnos.

Nosotros apostamos por que toda la comunidad educativa tome partido en la dirección de la educación, ya que es la que mejor conoce sus demandas, y la que puede construir una educación de calidad que cubra las necesidades del pueblo. Por ello, exigimos que la facultad se siente con sus estudiantes y les escuche.