Opinión
“El hombre es el único animal que es capaz de matar a su semejante” decía Gracián. También es el único animal que tropieza dos veces y tres en la misma piedra. No somos capaces de aprender de nuestros errores pero sí guardamos en nuestros corazones el odio, la envidia y la mentira capaces de destruirnos por dentro y arruinar nuestra imagen de seres superiores.
Lo ocurrido en las Vascongadas, durante muchos años, no tiene nombre porque es muy difícil, por no decir imposible, poder comprender que un hombre, mejor un animal sin conciencia pegue un tiro en la nuca a otro hombre por el mero hecho de no pertenecer a esa clase abyecta de gentes, que creyéndose superiores, han creado el mayor dolor, rabia, impotencia y desolación a miles de familias españolas.
Nadie podrá jamás, salvo ellos, justificar la muerte violenta de más de 858 víctimas inocentes según los datos de la Asociación de Víctimas del terrorismo (COVITE) que dieron su sangre por defender la democracia española y porque todos en España pudiéramos vivir en paz. Más de 2.472 actos terroristas cometidos sin ninguna justificación posible según nos comunican los servicios antiterroristas de la Policía Nacional. Da miedo y espanto acercarse a releer los nombres de cada uno de los asesinados por ETA. ¿Cómo ha sido posible que en estos tiempos, todos los españoles hayamos sido capaces de permitir que una banda de asesinos, a sueldo, haya asesinado a cientos de españoles por el mero hecho de serlo?
En muchas ocasiones, los odios se van acumulando en la conciencia colectiva de un pueblo, a base de las mentiras creadas por unos embaucadores que enarbolan las banderas de unos pocos locos para convertirlos en ejecutores de esas maldades y mentiras. Así ha ocurrido, en estos años de atrás en unas provincias españolas, (hoy llamado País Vasco) en las que a base del engaño de sus dirigentes a sus ciudadanos, éstos se han creído que son una raza diferente, una raza superior y que de ninguna manera podían estar sometidos a un estado usurpador de su identidad como era el estado español. Esta gran mentira ha sido la generadora del odio más cruel e inhumano que durante el último tercio del siglo XX ha azotado a los españoles de bien.
De ninguna manera quiero responsabilizar de esta masacre criminal a nadie salvo a los criminales de ETA pero sí es justo decir que en este atropello y sangriento atentado contra la democracia española ha tenido, y mucho que ver parte de la iglesia del País Vasco. No podemos olvidar que en 1959 concretamente el 31 de julio, un grupo de estudiantes funda Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y que la I Asamblea se celebra en el Monasterio Benedictino de Santa María de Belloc (Bayona) donde se presentó como Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional. La IV Asamblea en 1965 tuvo lugar en la Casa de Ejercicios Espirituales de los Jesuitas de Loyola en la localidad guipuzcoana de Azpeitia. La V asamblea de ETA tuvo , por decirlo así dos reuniones, la primera en 1966 y se llevó a cabo en la Casa Parroquial de Gaztelu (Guipúzcoa) y la segunda en la Casa de Ejercicios Espirituales de la Compañía de Jesús de Guetaria (Guipúzcoa). Cuando hemos leído la obra magnífica Patria de Fernando Aramburo hemos podido comprobar como D Serapio, cura párroco del pueblo, apoya a los criminales que han matado al Txato sabiendo que este empresario era buena persona y solamente había cometido el delito de no querer seguir pagando a los extorsionistas y criminales de ETA.
Al Partido Nacionalista Vasco (PNV), en un principio aliado con la banda terrorista vasca, y un tanto desligado después de la muerte de Franco, le viene muy bien que estos asesinos sigan en sus trece y jamás condenarán abiertamente a sus primos hermanos porque todo este proceso es totalmente compatible con sus deseos de independencia que, durante muchos años, está calando en la sociedad vasca. Hace unos días cuando dos criminales de ETA fueron puestos en libertad (no digo los nombres porque no seré yo quien les haga propaganda) el portavoz del gobierno vasco Joseba Pagazaurtundua decía: El gobierno vasco no aprecia hecho delictivo alguno en el homenaje a los miembros de ETA liberados.
Pero este cinismo y este apoyo por parte del ejecutivo vasco a los asesinos que mataron al jefe de la policía de Andoain (Guipúzcoa) queda perfectamente reflejado en las palabras que el mismo portavoz dice a continuación y que son totalmente contradictorias con el homenaje de celebración ejecutado hacia estos dos delincuentes y asesinos el domingo en Andoain. La ley de Reconocimiento y Protección de Victimas del Terrorismo vigente desde 2008 en su artículo cuarto es determinante a la hora de prohibir y comprometer a todos los poderes públicos en evitar el hecho de que se produzcan actos públicos de exaltación del terrorismo o de homenaje a los terroristas o menos precio a las víctimas.
Señor, por decirle de alguna manera, Joseba, portavoz del gobierno vasco, para usted ¿no es un hecho delictivo de exaltación del terrorismo y de homenaje a los terroristas que más de cuatrocientos vecinos de Andoain salieran a la calle pública con ramos de flores, alabando las acciones criminales y asesinas de los dos etarras, creando un clima de menosprecio a las víctimas y concretamente al jefe de la policía que ellos habían mandado ejecutar con un tiro en la nunca? Me gustaría saber que entiende usted por homenaje o menos precio a las víctimas creadas por esos perros asesinos.
Sin lugar a dudas el odio sigue vivo en el País Vasco, en Cataluña y en algunas otras regiones de España. Pero es curioso que los que han recibido más del estado central son ahora los que desprecian a la mayoría de los españoles. Algo sin duda han hecho mal el PP y el PSOE durante estos años de democracia cuando, en realidad, los que han gobernado España han sido los que hoy quieren ser independientes y los que han llenado de odio a los corazones de tantos ciudadanos vascos y catalanes, por las dádivas que han recibido en abundancia de los más pobres de la nación. Los sucesivos pactos de gobierno con los nacionalistas han sido, sin lugar dudas, los hechos más ingratos que jamás se han realizado en la España democrática y los que más han contribuido al estado actual en el que nos encontramos.
Lo vengo diciendo, ya durante mucho tiempo, es necesario, con necesidad de medio, restituir al gobierno de la nación las competencias educativas para que de nuevo, como decía Nebrija, la lengua vertebre nuevo gran proyecto de nación en la que los odios entre hermanos desaparezcan para siempre. No podemos seguir con esta dinámica en la que llevamos inmersos más de cuatro meses solucionando problemas que nunca se deberían haberse planteado y que en nada sirven para crear riqueza, para vivir mejor, para potenciarnos en el extranjero, para divulgar nuestra lengua, para internacionalizar nuestra cultura, para exportar más y mejor, para unir voluntades y en definitiva para presentarnos al mundo como una verdadera nación que supo un día ser más que nación.