Lengua Voraz
P.M.M.C. el director.- Hay que ser “mamarrachos, mamarrachas o mamarraches”, para criticar algo en redes sociales y venderlo desde la oposición a los medios de comunicación nacionales, y que justo te haga un efecto boomerang, el PSOE no solo no tiene vergüenza en la utilización de las política sobre la mujer y el feminismo, y como se aprovechan de ello para hacer política y lanzarlo como arma arrojadiza contra quienes no piensan como ellos, o tienen otra visión diferente a este tema, es la clara imagen de un socialismo de salón, que se ha instalado en la dirección del PSOE en la provincia de Ciudad Real y en Catilla-La Mancha, en donde la clase dirigente están perdidos, sin proyectos, sin saber que ofrecerle al ciudadano, haciendo política desde el enfrentamiento de temas tan sensibles, pero tan restables a sus intereses.
En una estrategia política, cuando te enfrentas al contrario de forma seria, con propuestas reales, y si se requiere con una critica contundente, tienes que estar muy seguro de que tú cuando has gobernado no has hecho lo mismo, porque el efecto que puedes conseguir es el contrario, y te conviertes en un “mamarracho” que solo te interesa “embarrar” la convivencia y la vida del ciudadano, ese es el socialismo afectivo, de estos dirigentes que pierden el culo por subirse a un coche oficial, y que cambian de “puestecito” tanto ganen o pierdan unas elecciones, porque lo importante es que ellos siempre ganan, y si para ello tienen que utilizar, las políticas sobre la mujer, el feminismo en definitiva una ideología de género que ha llegado a lo absurdo, y a un rechazo mayoritario de la sociedad, que entiende y normaliza desde hace años que hombres y mujeres somos iguales, pero que los socialistas como están echados en manos de radicales, utilizan cualquier cosa para seguir manteniéndose en los pocos sillones que les quedan, incluso haciendo el ridículo mas espantoso como hemos visto en el curioso caso de Tomelloso.
El Ayuntamiento de Tomelloso gobernado por Partido Popular y Vox oferta una serie de cursos, tales como telares, corte y confección, cocina, alimentación y restauración, o peluquería y estética, quizás son cursos que en pleno siglo XXI no estén de moda, ya que no ofertan robótica e inteligencia artificial, que parece que es lo progre-moderno, pero la realidad es que en nuestros pueblos un taller de cocina o de corte y confección es solicitado por la propia ciudadanía, y además hay hasta lista de espera para ocupar las plazas ofertadas, el problema sería, o la noticia a criticar, que algún varón de Tomelloso quisiera inscribirse alguno de estos cursos y no lo dejaran, este socialismo rancio y de salón, este socialismo de señoritos, señoritas y señorites, demuestran con sus críticas la visión que tienen de la mujer, una visión de “mujer florero”, y como su estructura masculinizada y con demasiada testosterona hacen el ridículo más absoluto, criticando y utilizando a la mujer, cuando en 2020 el Gobierno socialista del Ayuntamiento de Tomelloso, ofertaba los mismos cursos y talleres. A esto se le llama, doble moral.
Incluso la propia consejera de igualdad de Emiliano García-Page se ha tenido que tragar el efecto boomerang, que le ha dado en toda la boca, y ha intentado salir poco airosa de esta situación, ya que dicha consejera se escandaliza con este tipo de cursos y talleres, diciendo que es retroceder hace un siglo, y le recuerdan desde el actual equipo de Gobierno en Tomelloso, que "no hay que retroceder un siglo, tan solo un año y ver que la programación es la misma que la que hacía el Grupo Municipal Socialista de Tomelloso. No recordamos que, por entonces, se escandalizaran. ¿Qué ha cambiado?".
Pues la respuesta está clara, ha cambiado un PSOE desnortado, en descomposición, sin estrategia y sin rumbo, que ha hecho simple y llanamente el ridículo, y que además retrata el juego de poder, para la supervivencia de sus lideres, pero mientras el PSOE se dedica a sus menesteres, y lleva durante mucho tiempo perdiéndolo en pintar bancos de colores del arco iris y buscando “elles” entre nuestra sociedad, la gestión de verdad, que se la dejen a otros.