Opinión
Así presenta el candidato a la alcaldía de Puertollano por el partido socialista, señor Muñiz, la situación en la que se encuentra y a la que aspira a convertir nuestra ciudad.
El problema es que básicamente el señor Muñiz se dedicó a contarnos cuentos. Y hubo para todos los gustos: si nos preocupan la creación de empleo y la promoción empresarial don Adolfo convierte a Puertollano en “La bella durmiente” que espera que por arte de magia aparezcan las empresas, arremedo de príncipes, que por arte de magia despierten a nuestra ciudad del letargo en que se encuentra sumida, aunque según el narrador del cuento vigilada y auxiliada siempre por las tres hadas madrinas: la provincial, la autonómica y la nacional, eso sí vestidas y atentas a sólo un color: el rojo.
“El patito feo” sirve al todavía primer edil para ilustrar a quienes sienten preocupación por las obras que se están llevando a cabo en puntos sensibles de la ciudad, de sobra conocidos por todos. Pero tranquilícense, lo que hoy afecta a la vida y los negocios de los vecinos de la zona se acabará convirtiendo en un hermoso cisne que eso sí no ha podido ver la luz antes del final de la legislatura.
No podía faltar “El pastorcillo mentiroso” que permite a don Adolfo recurrir al sesudo y rancio argumento de alarmar a la población diciendo que viene la derecha o cualquier otra ubicación que tenga a bien otorgar, pues ya se sabe que la izquierda se cree capacitada para colocar a todo el mundo en el sitio que a ellos les parece.
Faltó para mi gusto “El traje nuevo del emperador”, ese cuento en el que el monarca se cree vestido por ricas telas que solo los sabios pueden ver pero en cuanto es avistado por un niño grita aquello de: el emperador va desnudo. Y todo el mundo comienza a abrir los ojos y a darse cuenta de lo mismo.
Cuentos y humos que esperemos poder cambiar pronto por auténticas realidades.