Opinión
11/02/2020
Con esto de las sonrisas sucede como en todo, hay personas que se pasan la vida con ellas en la boca y quienes que no se ríen ni cuando les toca la lotería. Las personas de risa fácil suelen ser de carácter abierto y bastantes receptivas aunque no todas posean la misma carga de expresión interior. Las hay que se ríen a mandíbula batiente, a carcajadas cuentes lo que cuentes, siendo por lo general personas expansivas y primarias; aquellas que son más secundarias suelen mostrar únicamente una sonrisa afable, más tenue pero más acogedora.
Las personas de sonrisa fácil tienen menos arrugas en la cara y en el alma; aquellas que no practican ni siquiera una sonrisa, la tersura de sus músculos se agrieta más deprisa con el tiempo. Pero dejemos que cada cual ría lo que quiera y que las úlceras de estómago realicen su trabajo, que cada cual es muy dueño de ser como es.
No obstante y para quienes estén interesados en esto de analizar la diversidad de expresiones faciales que son las sonrisas, sonrisas y carcajadas, les sugiero lugares donde pueden observarse todas ellas compendiadas de manera gráfica. Suelen darse en fotografías grupales de cualquier colectivo sobre todo si se trata de un grupo en donde hay jerarquías o distintos niveles de importancia en los puestos que ese grupo representa. Las inauguraciones y los palcos en los estadios son los mejores ejemplos.
Observemos una fotografía en la que un grupo de personas caminan, charlan o están ubicadas contemplando algún evento. En el centro suele estar situado el personaje más importante y el que lleva la voz cantante. Los que están inmediatamente a su lado muestran un gesto agradable y sonriente como aceptando solícitos lo que el jefe está diciendo. Aquellos que se encuentran más alejados se ríen un poco más como queriendo dejar testimonio de su presencia en un ejercicio inversamente proporcional a la importancia del cargo que ocupan.
Si la comitiva se dirige a algún lugar, en la primera fila siempre aparecen los personajes más importantes que suelen llevar también un semblante sonriente aunque “el mayoral” situado siempre en el centro no diga nada; los de la segunda fila muestran una sonrisa en la boca a caballo entre lo que se cuece en la primera y ellos dicen. Los de la tercera fila, aquellos que por su cargo “pintan” menos son quines se ríen y charlan más entre ellos aunque acaben de conocerse; son a modo de un coro que recita por su cuenta no sabemos qué historias agradables pero en cualquier caso sin nada que ver con el evento.
Y como todo en esta vida es relativo podemos cotejar distintas fotos en las que el personaje más importante en alguna de ellas aparece como segundón o telonero; observen porque no falla. Cuanto menos importante resulta un mismo personaje en el colectivo fotografiado más grande es la sonrisa que muestra. Y es que el mundo de los intereses es así, una cascada de risas, cargos y estómagos agradecidos.
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