Islam
17/01/2020
Foto: Ciudad Autónoma de Melilla. Izquierda: Zoubida Boughaba Maleem
P.M.M.C. Experto universitario en seguridad y defensa.- No podía quedarme callado, ante tal atropello, es el colmo que, en el norte del continente africano, en territorio español, la Comisión Islámica de Melilla pidiera a la Ciudad Autónoma anular la conferencia de una escritora rifeña y activista feminista, tachando a Zoubida Boughaba Maleem de “islamófoba” por mostrar sus opiniones en contra del hiyab, y la propia CIM la declara “persona non grata”.
La torpeza de la Comisión Islámica en Melilla, y de su representante Mohamed Ahmed Moh, ante este intolerable comunicado, ha conseguido que un acto local tenga una repercusión internacional, ya que nadie se puede quedar callado ante este atentado a nuestra sociedad occidental. Y así fue; Zoubida Boughaba llegaba a melilla el pasado lunes 13 de enero, en una decisión que solo podía tomar ella, porque aquí, en territorio español está protegida por el Estado de Derecho y amparada por la Libertad de Expresión.
En artículos y análisis anteriores decía que para el Islám “la voz de la mujer no debe oírse”, y aquí está el claro ejemplo, el hiyab representa el islamismo político, el velo, sí el velo, marca a la mujer, “una prescripción religiosa” como llevar hiyab rompe la esencia de libertad e igualdad de una sociedad occidental, y en esta ocasión están marcando y censurando a una mujer por sus opiniones, por lo que dejan claro que la Comisión Islámica no le gustan las mujeres con ideas propias.
Zoubida Boughaba hizo frente al miedo y a la presión recibida en las redes sociales, actuaciones propias de quienes solo quieren imponer “el camino recto” a través del terror, de amedrentar y callar a quienes no opinan como ellos, basta del adoctrinamiento por coacción, una religión no puede secuestrar la libertad de expresión, no lo podemos permitir, hay que ser claros; pero en el momento que se tolera este tipo de actitudes por una sociedad como la nuestra, que estamos impregnados del buenismo político, si no tomamos medidas, dejamos la puerta abierta para que mañana se siga ocupando el espacio de la libertad que hemos construido.
La palabra es esencial para la libertad y la democracia, pero si dejamos que vengan a corromper esa virtud que tenemos los países democráticos, seremos cómplices por nuestro “buenismo”, de destruir el espacio que entre todos hemos creado, primero atentaran contra la palabra y luego, ¿qué será lo próximo?, o ¿hasta donde tenemos que llegar para reaccionar?, porque esta claro que para el mundo musulmán todo lo que comemos o vestimos es haram, ya que nos siguen viendo no como una sociedad occidental llena de oportunidades, sino en una sociedad kafir -infiel- a la que hay que enseñarle el camino recto de la verdad, un pueblo atemorizado en donde hay que combatir al kafir, con el último paso, con la yihad.
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