Diario de un Cinéfilo Compulsivo

 

25/12/2017

Domingo, 24 de diciembre

-Sentí mucho no poder traerla a Ciudad Real para mis sesiones de los martes o jueves, pero ahora la pueden disfrutar los espectadores que tengan Movistar o quien quiera comprar su dvd, como ha sido mi caso. Se trata de LAS PELÍCULAS DE MI VIDA (VOYAGE À TRAVERS LÉ CINEMA FRANÇAIS):

Son tres horas de puro disfrute para tantos de nosotros, cinéfilos recalcitrantes y entusiastas del gran cine francés. De autores indispensables como Jacques Becker, Jean Renoir, Jean-Pierre Melville, Marcel Carné, Jean Cocteau, Claude Chabrol o François Truffaut. Pero también de René Clair, Julien Duvivier o Jean Delanoy, estos dos últimos no tan consagrados pero muy buenos cineastas. Y de Godard, claro, bien a mi pesar pese a reconocerle algunas virtudes en su trayectoria.

El recorrido, felizmente personal; la selección de títulos, intransferible, culta, instruida, didáctica, lo lleva a cabo otro nombre fundamental del cine del país vecino, Bertrand Tavernier. No se limita a ejercer de profesor de primera, sino que su punto de vista es apasionado, esclarecedor, brillantísimo.

Resulta conveniente ir provisto de una libreta para ir apuntando películas, sugerencias, escenas. Les aseguro que no solo no les resultará un engorro, sino que puede que lo agradezcan ante la maravilla de películas que desfilan ante la pantalla.

Tavernier es el hilo conductor en todo momento y a él debo algunos apuntes sobre la obra de Becker y Renoir verdaderamente espléndidos ¡Hay tanto conocimiento y lucidez vertidas!

Apabulla en el mejor sentido de la expresión.

-Aprovechando el “boom” de la Iglesia, es buen momento para volver a ver una de sus obras más populares de los últimos tiempos… y fallidas, LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI (LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI). Su primera media hora es brillante pero lo que viene a continuación es un desmadre de tomo y lomo. Recupero la crítica del momento escrita en este mismo periódico:

El cine del bilbaíno Alex de la Iglesia es impactante, imaginativo, currado, deslumbrante, esperpéntico… pero igualmente, excesivo, desaforado y salido de madre. De acuerdo, algo por él buscado, pero de idéntica manera también a veces, legítimamente rechazado por parte de cierto público. Sin duda es un director muy preparado técnicamente, pero no acaba de apuntalar sus historias. En varias ocasiones resultan un tanto desmelenadas, desmadejadas, atronadoras. Es exactamente el caso de LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI… que no alcanza ni de lejos el nivel de sus dos mejores trabajos hasta la fecha, o al menos mis preferidos, EL DÍA DE LA BESTIA y LA COMUNIDAD.  

Eso sí, ofrece un comienzo prometedor, interesante, simpático, entretenido. Algo, y ya es inhabitual, en lo que crítica y público coincide casi unánimemente. En proclamar que sus mejores y más divertidos momentos residen en los primeros tres cuartos de hora, hasta que llegan al pueblo brujo de armas.  

Lamentablemente, el tono fallero se acaba apoderando de la historia, y el exceso –visual, interpretativo, argumental- lo acaba impregnando todo. Salgo de la circense función cansado, agotado, lamentando una vez más que el astracán y el trazo grueso acaben siendo sus máximas cartas de presentación.

 Y lo siento sinceramente porque este es un cineasta capacitado para ambiciosas empresas, que me cae bien, que varias de sus películas me gustan, que arriesga, que hace algo distinto dentro del a veces caduco y trasnochado cine español, que maneja la cámara con una destreza y agilidad inusual por estos pagos.  Inclusive es un tipo muy dotado para ofrecer efectos especiales sorprendentes, personales, inventivos, pero desgraciadamente no basta sólo con eso. A esto del Séptimo Arte le pido algo más que tramoya, les pido cadencia, consistencia, ritmo en vez de estruendo y armonía narrativa esa que, finalmente, no comienza mal pero que acaba aquí desvaneciéndose.  

Al abandonar la sala, me quedo con una impresión más de ruido que de nueces, con la sensación de que la historia que me han contado está hueca, que me han ofrecido un caramelo de atractivo envoltorio, pero de sabor amargo, muy disperso, que se ha vuelto a perder una gran oportunidad de haber creado en nuestro paupérrimo cine algo verdaderamente perdurable.  

Interpretativamente la desolación también es bastante considerable. Maura o Pávez abusan del histrionismo, la pareja de policías paulatinamente enamorados que conforman Nieto y Areces me parece excesivamente tópica, ver a Santiago Segura disfrazado de mi querida señorita no me hace gracia alguna… y Silva y Casas van creciendo pero todavía no rematan, aunque el esfuerzo de superación se va poco a poco notando.  

No me hagan demasiado caso, como ya supongo que es norma. Y, además, como ha sucedido con LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA, los cada vez más escasos fans del cine español más heterodoxo, a buen seguro jalearán los cánticos y las arengas de estas brujas de fieltro y griterío… y que bien podrían haber campado a sus anchas tanto en Zugarramurdi como en la charca del tío Raimundo sin acabar de interesarme en ningún caso.  

-La programé en programa doble a mediados de noviembre en Los Clásicos del Deicy tras EL HÉROE DEL RÍO de Buster Keaton. Nos quedamos tan solo cinco a verla, pues eran horas intempestivas, pero nos lo pasamos a lo grande. Se trata por una de esas comedias tontas estadounidenses por las que siento verdadera debilidad, de lo más apropiada para estas fechas, ¡SOCORRO! YA ES NAVIDAD (NATIONAL LAMPOON´S CHRISTMAS VACATION). Nada mejor que revisarla esta noche tras la cena navideña y volver a echar unas abundantes risotadas:

Un mini clásico navideño de comienzos de los 90 con un cómico estadounidense muy de moda en aquél momento, Chevy Chase, y que a mí habitualmente se me atragantaba (TRES AMIGOS, FLETCH EL CAMALEÓN). El título en cuestión es bastante esclarecedor, SOCORRO ¡YA ES NAVIDAD! (NATIONAL LAMPOON´S CHRISTMAS VACATION).

Pertenece a la popular y comercial –sobre todo en los USA- serie de NATIONAL LAMPOON (SÁTIRA NACIONAL), principalmente referida asuntos relacionados con las vacaciones (por Europa, en verano) de una familia de clase más o menos media norteamericana (las diferencias sociales y económicas son patentes con algunos miembros de su familia).

La verdad es que es, con diferencia, de lo más soportable del cómico, con el aliciente de tener a su lado, haciendo de su paciente esposa, a la estupenda Beverly D´Angelo.

Tengo que reconocer que siempre que veo esta entrega –la mejor de la ristra- me provoca abundantes carcajadas. Supone una crítica bastante demoledora, nada mejor para ello que recurriendo al humor, de las fechas navideñas pasadas en familia, pero al final suaviza su discurso gamberro y se carameliza. Pero hasta ese momento que le quiten lo bailado respecto a los mil y un estados de crispación que pueden llegar a provocar esos supuestos días de paz y amor.

No estaría mal contraprogramarla… o complementarla con la emisión en estas inminentes vacaciones con la obligada ¡QUÉ BELLO ES VIVIR!, pues podrían conformar un díptico de lo más curios. La obra maestra de Capra no deja de ser también de lo más negruzca hasta que las cosas se arreglan en su último tramo por intermediación divina.

¡SOCORRO! YA ES NAVIDAD es una propuesta ágil, ocurrente, divertida, con oportuna, dosificadas y minimizadas dosis de ternura y con un saludable espíritu sinvergonzón.

Recomiendo que si no la conocen y en algún momento acceden a su visionado que procedan a ello en versión original con –salvo que se manejen perfectamente en inglés- subtítulos en español. Creo que lo agradecerán salvo que sean alérgicos a las mismas.

©2025 Ciudad Real Digital | www.ciudadrealdigital.es