12/03/2016
-En La Regional intento echarme unas risas, infructuosas en buena parte del metraje salvo cuando aparece en escena Jack Lemmon… y no siempre lo consigue, no precisamente por carecer de –enorme- talento. Eso me sucede con PRÉSTAME TU MARIDO (UNDER THE YUM YUM TREE), uno de los dos trabajos –el otro es PRÉSTAME TU MARIDO (GOOD NEIGHBOR SAM) con la malograda y bellísima Romy Schneider- protagonizados por el neoyorquino para el más bien discreto cineasta David Swift:
No me arrepiento, pero podría haber prescindido perfectamente de haber empleado el tiempo en ello. Me hago mayor, ya saben, los granitos del reloj caen hacia abajo… y salvo los obligados estrenos, intento considerar o cuidar cada vez más el tiempo empleado para ver películas… y para otras muchas cosas claro, los amigos y las chicas, dos pivotes fundamentales en mi existencia.
Es una comedia simpática en do menor, simploncilla, bobota y poco más. Aunque me haga perfecto cargo de la fecha de su producción -1964- me causan cierto sonrojo los modos y maneras de la pareja protagonista –Lynley-Jones, éste estrella de la factoría Disney, fallecido el año pasado-, capaces de llegar a desesperar o provocar auto tirones de pelos por su inaguantable ñoñería. Si Billy Wilder hubiera pasado por ese rodaje seguro que más de una cuchillada artística habría asestado.
Como indicaba al principio de mi comentario, la presencia de Jack Lemmon es por sí sola capaz de ennoblecer cualquier película, aunque aquí no se lo hayan puesto precisamente fácil. Pero tampoco es para rasgarse las vestiduras, pues el sesenta por ciento del género fabricado actualmente en los USA está por debajo o a idéntica altura que este caducado exponente.
Ingenua, cándida, demasiado cándida se percibe hoy en día. Eso sí, las escaramuzas del gato con el crapulilla casero tienen su aquél.
Puesto que la cosa no da para un comentario más extenso, aprovecho la ocasión para reivindicar el talento y la belleza de su joven por entonces protagonista femenina, la neoyorquina Carol Lynley. La también modelo y preciosa mujer me perturbaría de lo lindo a mis recién cumplidos 14 años, viendo en televisión uno de sus trabajos más destacados, el absorbente y espléndido suspense ¿POR QUÉ LLORAS, SUSAN? (THE SHUTTERED ROOM). En concreto, la escena en que se la ve de espaldas desabrochándose el sujetador ante un "desequilibrado" y acosador Oliver Reed.
La pueden recordar también por sus apariciones, entre otras varias, en la espléndida EL RAPTO DE BUNNY LAKE, en el debut de Franklin J. Schaffner (EL PLANETA DE LOS SIMIOS) ROSAS PERDIDAS, EL CARDENAL, LA AVENTURA DEL POSEIDÓN, EL ÚLTIMO ATARDECER (era la hija de Kirk Douglas con el que se acostaba desconocedores ambos de su parentesco) y REGRESO A PEYTON PLACE, agradable continuación del formidable melodrama VIDAS BORRASCOSAS.
Rescato de la Wikipedia una afirmación que hiciera en su momento –en la actualidad está retirada a sus 73 años- que muestra también a las claras u inteligencia y brillante, amén de su fino sentido del humor: “Nunca he estado implicada en un escándalo. Nunca me han cazado corriendo desnuda por una autopista. No he intentado disparar a nadie. Nadie ha intentado dispararme a mí. Mi hijo es legítimo… Nunca he estado en la Betty Ford (clínica de rehabilitación de adicciones)… no he hecho porno… no he tenido adicción a las drogas… He sobrevivido a tres de mis doctores. Así que si fueras a escribir un jugoso libro, yo tendría un problema.”
Por último recordar… que en 1980 interpretaría un papel secundario en la producción hispano-estadounidense ME OLVIDÉ DE VIVIR protagonizada por Julio Iglesias.
Frases:
“El hombre es como el melón, hay que catar uno para descubrir uno bueno” (Jack Lemmon)
“Admiro tanto tu inteligencia que no me fijo en tu cuerpo” (Jack Lemmon)
-Veo el primero de los cinco estrenos que me esperan este fin de semana, es el que mi pituitaria señalaba desde el principio que tal vez pudiera resultar el mejor de todos ellos. De hecho, es el que he seleccionado para mi próxima sesión de los Jueves Cine. Una co-producción franco-turca de muchos quilates artísticos, MUSTANG:
Vivaz, combativa, vitalista, luminosa, fresca, palpitante, que acaba resultando demoledora bajo su aparente placidez.
¿Recuerdan aquélla estremecedora y maravillosa opera prima de Sofia Coppola filmada en 1999 con el título de LAS VÍRGENES SUICIDAS? Pues tiene mucho que ver y por otro lado, no tanto.
Ambas tratan sobre cinco hermanas reprimidas por condicionantes culturales y religiosos, católicos en aquél caso, musulmanes en este, en el fondo viene a ser lo mismo. Pero apostillo lo de no tanto porque tal vez esa comparativa pueda ir en la idéntica valoración merecida y, además, no acaba de ser del todo adecuada, pese a obvias similitudes temáticas, argumentales y formales. En algunos planos concretos de las chicas juntas se advierten más nítidamente tales referencias.
Pero la turca Denis Gamze Ergüven (cursó estudios de cine en París), en la que constituye su felizmente sorprendente opera prima, utiliza un tono y unas maneras bien distintas respecto a su antecesora. Acude a la ligereza, a la natural sensualidad, a cierta estética y elegante carnalidad adolescente en vez de a la gravedad y al inapelable drama, para mostrar una buena parte del duro y tremendo conflicto sexista expuesto, de esa asfixia patriarcal propia de una porción considerable de la sociedad turca, la referida principalmente a ambientes rurales. La capital de uno de los países más “avanzados” del mundo de la media luna, Estambul, se acabará erigiendo en destino, en símbolo de una libertad tenazmente buscada.
Supone por tanto, un lúcido retrato entre la tradición más castrante y la modernidad liberadora. Esas chicas rebelándose contra su enclaustramiento casi de monjas, con esa intolerante coacción y ahítas de elegir su propio camino, son la enseña de un delicado alarido de la celebración de la vida por encima de cualquier actitud arcaica o represiva.
Agradezco infinito que esto se lleve a cabo sin moralina alguna, sin dar la lata, sin enfatizar o subrayar nada, dejando que lo expuesto resulte clarificador por sí mismo para desvelar esa situación degradante que vive la mujer en comunidades cerradas como la aquí descrita. Al final la latitud o las creencias la coartada son lo de menos, lo verdaderamente importante es la situación sexista y de sumisión manifestada.
Ello viene servido por una latente tensión, presente casi en todo momento, pese a ese tono anteriormente indicado y a la alegría que desprenden esas crías de entre 12 y 16 años, con las lógicas necesidades y anhelos propios de su edad.
Las actrices encargadas de encarnar a esas vitalistas adolescentes es la primera vez que se ponen ante una cámara, con la excepción de Elit Iscan. La más joven de ellas, la intuitiva y enérgica Günes Sensoy (casi 13 años cuando encaró el rodaje) está espléndida. Todas muestran un desparpajo y espontaneidad digna de todos los elogios posibles.
Ofrecen secuencias en grupo tan deliciosas como todas las relativas a la complicidad entre ellas pertenecientes a su primera mitad, en esa que es ubicada una escapada para presenciar un partido de fútbol o algún momento en grupo de una pudrosa sensualidad adolescente. Puede que también ofrezca alguna aislada situación un tanto forzada, como esa relación de amistad entre la más pequeña y un joven conductor. Pecata minuta dentro de un conjunto armónico a pesar de la indignante –por ser suave- aspereza de su contenido principal.
Es inevitable que me deje un sabor amargo, pero aprecio en lo mucho que vale que su directora no cargue las tintas y me ahorre la explicitud en las escenas más sórdidas o dramáticas, solventados mediante un simple sonido de disparo o una elipsis que basta y sobra para generar dramatismo.
Comprendo todos los reconocimientos y elogios obtenidos, desde el Goya hasta la Espiga de Oro de la SEMINCI, pasando por su nominación a los Oscar.
Posee una enorme entidad por sí misma y es muy valiosa como testimonio social aunque no nos sorprenda en ninguno de sus postulados, lo que no es óbice para restarle ni un solo gramo de fuerza a su denuncia.
©2025 Ciudad Real Digital | www.ciudadrealdigital.es