La película de la tele

 

Thelma y Louise (1991)

Director: Ridley Scott

Intérpretes: Susan Sarandon, Geena Davis, Harvey Keitel, Michael Madsen, Brad Pitt, Christopher McDonald, Stephen Tobolowsky

Sinopsis: Thelma Dickinson, un ama de casa de vida vacía y anodina, está casada con un cretino detestable que la trata como a una niña. Por su parte, Louise Sawyer trabaja como camarera en una cafetería y sueña con que su novio Jimmy, que es músico, se case con ella. Un fin de semana deciden hacer un viaje juntas en el coche de Louise para alejarse de la mortal rutina de sus vidas y de todas sus frustraciones. Sin embargo, su escapada, que prometía ser divertida y, sobre todo, liberadora, acaba siendo una experiencia llena de episodios dramáticos.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Este miércoles 1 de mayo a las 17:30 h. en La Sexta 3. 

Muchísimo dio que hablar a comienzos de los 90 esta “woman´s picture”, este manifiesto femenino –que no necesariamente feminista- de conclusión demoledora. Ya han quedado para las antologías y los buenos recuerdos cinéfilos esa huida hacia delante de dos mujeres de lo más dispuestas.  

Una, Thelma Dickinson (la larguirucha Geena Davis), más apocada, necesitada de un rumbo radical a su vida, de rupturas con su anodina existencia de ama de casa solícita sin más, complaciente adorno de hogar de un marido incapaz de ver más allá. La otra, Louise Sawyer (una fascinante como siempre Susan Sarandon), una camarera más resolutiva pero harta de un novio que no se decide a avanzar.  

El proceso de transformación de ambas, la irrupción de un guaperas y jovencísimo Brad Pitt resolviendo problemas mentales aThelma de un "tirón”, ese impresionante recorrido nocturno por el Gran Cañón (inevitable acordarme de John Ford y su Arizona del alma, aunque él solía utilizar la clarificadora luz del día, pero THELMA Y LOUISE es igualmente una película soleada), la poderosa banda sonora de Hans Zimmer (GLADIATOR), el mimo con el que el gran Ridley Scott va desgranando sus preciosistas imágenes, a veces como de textura de videoclip, son algunos de los muchos alicientes y reclamos que ofrece esta sorprendente propuesta.  

También mucho se ha cuestionado a Scott que utilice sin más la pirotecnia visual en buena parte de su filmografía, algo en lo que discrepo rotundamente, o lo matizo. Con ser esto maravillosamente cierto, no me parece en absoluto descalificador, nada más lejos de la realidad. Pero es que tildarlo así conlleva además ignorar la riqueza de contenidos que encierran sus obras, hasta las más flojas, como la grotesca HANNIBAL, la insulsa TORMENTA BLANCA o la elemental LA TENIENTE O´NEILL. El resto de su filmografía me parece genial y apasionante en su mayor parte.  

Aquí ejecutó un trabajo digno de admiración. Confiere fuste y legítima trascendencia a esta “road movie” singular. Fabrica un western moderno en el que los protagonistas son mujeres y coches, en el que dosifica a la perfección drama y comedia y sacude con un épico y reivindicativo final.

Grandísima película.

José Luis Vázquez

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