Director: Montxo Armendáriz
Intérpretes: Lucía Jiménez, Juan Diego Botto, Mercedes Sampietro, Álvaro de Luna, María Botto, María Vázquez, Rubén Ochandiano, Pepe Oliva, Joseba Apaolaza, Jordi Bosch, Ramón Barea, Alicia Sánchez, Asunción Balaguer, Joan Dalman, Patxi Bisquert, Andoni Erburu
Sinopsis: nvierno de 1944. Lucía (Lucía Jiménez), una joven de 21 años, regresa a un pequeño pueblo de montaña. Allí encuentra a Manuel (Juan Diego Botto), un joven herrero que colabora con los maquis: guerrilleros que, ocultos en la sierra, no se resignan al triunfo del franquismo. Lucía empieza a sentirse atraída por Manuel, sobre todo por el valor que muestra al jugarse la vida para defender sus ideas. Cuando, por fin, Manuel se echa al monte, Lucía descubre la inhóspita realidad de la vida en la montaña: por las vacías calles del pueblo sólo deambulan el silencio y el miedo. A pesar de ello, su pasión por Manuel la anima a permanecer allí.
Este martes 9 de septiembre a las 11:00 h. en Paramount.
Crónica de una derrota que atisba esperanza, SILENCIO ROTO es la mejor película filmada sobre guerrilleros antifranquistas, sobre maquis, junto a la esplendida LOS DÍAS DEL PASADO de Mario Camus.
Agradezco sobremanera a su excelente director, Montxo Armendáriz (TASIO), que no se deje llevar por el revanchismo, rencor o la tendenciosidad, aunque tampoco ahorre en situaciones dramáticas o simplemente injustas (indistintamente de bandos), sino por un humanismo lacerante y por una comprensible reivindicación de la dignidad humana y de la libertad.
Es igualmente muy valorable haberle concedido relevancia a las mujeres para contemplar este episodio de nuestra historia reciente y a la vez lejana. Pues como manifestara en el momento de su estreno fueron “dobles perdedoras y víctimas indefensas”.
Y al igual que en la magistral SECRETOS DEL CORAZÓN vuelve a recurrir a esos silencios rotos por el rencor o el odio, a esos susurros a los que avoca el miedo, a miradas reveladoras y elocuentes que expresan actitudes injustas, pero sobre todo, al intentar seguir adelante pese a todo.
Pero también hay espacio, tal y como indicaba al comienzo de esta reseña, para la esperanza y el amor… aunque sea en tiempos muy difíciles y en tiempos de odio. Lucía Jiménez y Juan Diego Botto otorgan calor a esa pulsión amorosa.
Todo esto expresado con un ritmo pausado pero en el que no se produce bache ni desmayo emocional, pese a que en algún momento asome cierto estatismo narrativo. Definitivamente, la solidez, el buen pulso son la norma en esta película dura, valiente, sincera, que suena a muy auténtica.
Ofrece, además, una buena utilización de una fotografía que según se acumulan las contrariedades adquieres tonos oscuros o de una banda sonora enraizada en esa muy lograda ambientación rural montañesa.
José Luis Vázquez
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