Este sábado 25 de enero a las 15:30 h. en CMT.

Un cóctel extraño, singular y apasionante en el que el cine de época, se mezcla con el de terror (en algún pasaje: variante gore) y el de artes marciales, dándose la mano en un absorbente maridaje. Su director, Christophe Gans (CRYING FREEMAN), es muy dado a los excesos visuales y disparatados con gracia, a una evidente estética videoclipera, pero aquí como en alguna otra ocasión -otro de sus hitos SILENT HILL-, tengo que  reconocer que me gana para su causa y pasa el examen con gran nota.

Partiendo de una imaginería y una dirección artística sorprendentes, Gans elabora una inquietante historia en torno a una misteriosa y sanguinaria criatura que asola los páramos franceses del siglo XVIII.

Imaginación y entretenimiento a raudales no faltan en ningún instante de sus 142 minutos de metraje. Posee un ritmo creciente y que no da tregua.

Aunque  son muchos los que consideran su trama un tanto inverosímil y enloquecida, algo en lo que tal vez puedan tener razón, no es inconveniente para que, en mi caso al menos, una vez enganchado al misterio me resulta facilísimo quedarme atrapado por sus poderosas imágenes.

También su reparto ofrece suficientes estímulos, desde un brioso Samuel Le Bihan a un sólido Vincent Cassel, pasando por esa otra criatura, esta de corte etéreo y carnal a la vez, que es la siempre tremenda Monica Bellucci. El hawaiano y karateca Mark Dacascos borda su especialidad de dar patadones. 

Constituyó un gran éxito de taquilla en muchos países europeos, sin ir más lejos en España funcionó bastante bien.

Verdaderamente fascinante, espectacular, envolvente, de impactante estética y vigorosamente narrada.