Director: Peter Medak
Intérpretes: George C. Scott, Trish Van Devere, Melvyn Douglas, John Colicos, Jean Marsh, Barry Morse, Madeleine Thornton-Sherwood, Helen Burns, Ruth Springford
Sinopsis: Un compositor destrozado por una desgracia se muda a un antiguo caserón en donde ocurren cosas muy extrañas, visiones de muerte, acercamiento con el más allá...
Son varias mis películas de terror favoritas, desde LA PARADA DE LOS MONSTRUOS a LA SEMILLA DEL DIABLO, pasando por SUSPENSE o PSICOSIS. Pero si me pusieran en el brete de elegir tan sólo una, esa sería AL FINAL DE LA ESCALERA.
¿Las razones principales? Una muy concreta, me ofrece a la enésima potencia el registro que más me apasiona del género, el psicológico-atmosférico.
Ni una sola gota de sangre salpica la pantalla. Insinúa en vez de ser muy explícita, sugiere en vez de aturdir, asusta sin mostrar apenas nada y los efectos especiales están reducidos a su mínima expresión. Una pelotita rodando por unas escaleras, la tecla de un piano que de repente se pone a sonar sin que la toque nadie o una amenazadora silla de ruedas, son elementos suficientes para crear un clima agobiante y de pánico.
La cámara subjetiva está magníficamente utilizada, despliega travellings por el interior de la mansión de lo más elegantes y, de principio -ese impactante accidente de tráfico- a fin, está impecablemente filmada.
Súmese un buen guión, una ambientación irreprochable, una fotografía efectiva y realista, una banda sonora de Rick Wilkins ya clásica en el género, unas atractivas localizaciones y un gran trío interpretativo (George "Patton" C. Scott, el veterano Melvyn Douglas y la esposa en la vida real del primero Trish Van Devere, a la sazón esposa de Scott en la vida real).
A lo expuesto, añádase una secuencia tan fundacional y estimulante como la del espiritista, posteriormente copiada y repetida hasta la saciedad. Sucesoras apreciables y rescatables de THE CHANGELING, pues este es su título original, son THE RING, TERROR EN AMITYVILLE, EL ORFANATO o POLTERGEIST entre otras.
Con razón el cineasta español Alejandro Amenábar la venera. Como prueba fiscal ahí está su influencia en LOS OTROS.
Su director, Peter Medak, jamás volvería a conseguir en el resto de su carrera, ni tan siquiera aproximarse ni por lo más remoto, a lo aquí conseguido, una obra maestra de tan considerable calibre.
José Luis Vázquez
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