Estreno en Royal City

 

Dr. Strange (Doctor Extraño) (2016)

Director: Scott Derrickson

Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Michael Stuhlbarg, Mads Mikkelsen, Tilda Swinton, Neve Gachev, Amy Landecker, Scott Adkins, Dante Briggins, Tony Paul West, Daniel Eghan, Annarie Boor, Jill Buchanan, Pezhmaan Alinia

Sinopsis: 'Doctor Extraño' sigue la historia del neurocirujano Stephen Strange, quien, después de un terrible accidente de tráfico, descubre el mundo oculto de las dimensiones mágicas. Adaptación del cómic creado por Stan Lee y Steve Ditko.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Iba a verla con alguna reserva dados  algunos de los últimos y agotadores exponentes Marvel, pero definitivamente me ha convencido, me ha conquistado esta brillante adaptación de uno de los personajes menos conocidos de la franquicia, de los más adultos también y que se aparta del estereotipo habitual, al basar sus singulares poderes en la magia, en la percepción cognitiva y en cierto misticismo orientalista. Toda esta relación descriptiva podría ser más matizable, pero la dejo en esa breve enumeración por sintetizar.

Trufada de abundantes y logradas en buena medida ideas visuales en las que se juega con profusión con la  geometría y la arquitectura, manifiestas sobre todo en su “segunda” parte, lo que me lleva en algún momento al límite de esa pirotecnia visual tan a veces propia, cara y molesta de estas entregas, se redime del todo por una primera mitad francamente espléndida, en la que asistimos al origen, las causas y el porqué de este atípico super héroe.

Se nos presenta a un neurocirujano pagado de sí mismo, engreído, a lo HOUSE, que verá su vida transformada radicalmente a raíz de un accidente automovilístico. En este impecable tramo resulta fundamental el toque de distinción que otorga al personaje el excelente Benedict Cumberbatch (DESCIFRANDO ENIGMA/THE IMITATION OF GAME, el dragón Smaug de EL HOBBIT), confiriéndole al individuo en cuestión un sentido del humor ególatra y una fina ironía "british" de lo más reconstituyente. El británico se hace el dueño y señor de la función, lo que va completamente en beneficio de la historia. Y eso en parte es lo que la convierte en un tanto “diferente” a lo habitual en estas mastodónticas superproducciones.

No quisiera olvidarme tampoco de las sabrosas apariciones, más o menos extensas, de un elenco de lo más atractivo, comenzando por el “lugarteniente” Chiwetel Ejiofor, una –algo no precisamente chocante- mística Tilda Swinton, la antigua novia –siempre penando por amor- de Noa, Rachel McAdams, el noreuropeo Mads Mikkelsen (LA CAZA, UN ASUNTO REAL, EL REY ARTURO), Benjamin Bratt, etcétera.

Por supuesto, su imaginería visual es de lo más llamativa y hasta atrevida, aunque beba en algunos aspectos de las ya expuestas en ORIGEN o MATRIX: imponentes batallas, desdoblamiento de la realidad, mundos paralelos… todo ello servido mediante un toque entre psicodélico y pirotécnico que, pese a que en todo momento, está a punto de correr el riesgo de empachar, finalmente acaba mostrándose resultón y bastante entretenido.

Esa dimensión casi doblemente fantástica, entre sobrenatural y esotérica, con respecto a lo habitual de otros compañeros de viaje, le aportan también su singularidad. Misticismo y física cuántica parecen fundirse aquí, con viajes astrales por medio. Más toda una parafernalia de conceptos y despliegues, disparatados o no, de los que confieso no tener de todo eso ni repajolera idea pero que no deja de hacerme gracia tal y como está expendido.

La dirección del especialista en cuestiones terroríficas y que sobrepasan nuestra cotidiana realidad, el californiano y teólogo Scott Derrickson (la estupenda EL EXORCISMO DE EMILY ROSE, LÍBRANOS DEL MAL, SINISTER… casi mejor obviar en cambio el lamentable “remake” de ULTIMÁTUM A LA TIERRA protagonizado por Keanu Reeves: el más allá, de una manera u otra, siempre está presente en su cine), es de lo más aplicada y capaz. No es fácil controlar una propuesta de esta magnitud y él lo consigue ajustándose a ciertos inevitables patrones cuasi megalómanos.

Tal vez no sea apta para todos los paladares sino para un tipo muy concreto de espectadores, pero si abren su mente a otros mundos, ya no diré a una percepción cognitiva para no disuadirles, puede que la disfruten con saludable pasmo.

Antes de finalizar, un aviso para navegantes o para quienes abandonan fugaces la sala: Cuenta con dos “finales”, uno a la mitad de los títulos de crédito y el definitivo tras los mismos.

José Luis Vázquez

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