Director: Barry Sonnenfeld
Intérpretes: Kevin Spacey, Robbie Amell, Jennifer Garner, Christopher Walken, Malina Weissman, Teddy Sears, Cheryl Hines, Mark Consuelos, Talitha Bateman, Serge Houde, Nathaly Thibault, Jay Patterson, Peter Andrianopoulos, Tristan D. Lalla, Meghan Gabruch, Ellen David
Sinopsis: Tom Brand (Kevin Spacey) es un ejecutivo sin escrúpulos que disfruta viviendo la vida al límite y dedicándose plenamente a su trabajo, aunque su familia no esté muy feliz con ello. Como regalo de cumpleaños para su hija, Tom le compra un gato a Grant (Christopher Walken), un tipo bastante extraño. De camino a su casa Tom sufre un terrible accidente y queda en coma... Al menos su cuerpo, porque su alma quedará atrapada en el gato.
Cuarto estreno que digiero del primer fin de semana de septiembre, continúa la media de un tono gris marengo, aunque tampoco al no esperar demasiado de éste no me parece tan horrible como podía suponer y tampoco me provoca el bostezo generalizado. Es el último trabajo del ex director artístico Barry Sonnenfeld (LA FAMILIA ADDAMS), filmado bajo pabellón francés pero con una extensa pléyade de intérpretes y técnicos estadounidenses, SIETE VIDAS, ESTE GATO ES UN PELIGRO (NINE LIVES).
Una de las incontables magníficas aportaciones que ofrece el Séptimo Arte, está la de disfrutar con la presencia en pantalla de profesionales de la actuación aparte de talentosos, simpáticos y guapetones.
Es el caso de las dos protagonistas femeninas de la película, una cuarentona con enorme atractivo, Jennifer Garner, y una cuasi adolescente y sonriente Malina Weissman. Ellas y un gato con truco son las reinas de la función de este cuentecito moralizante, que bien podría suponer en otro tiempo y latitud una variante de MR. SCROOGE y similares, es decir un personaje, en este caso no tacaño en lo material, pero sí en la racionalización de su tiempo para con los demás, con aquellos que le profesan afecto y amor por encima de otros considerando y que no disfrutan de un mínimo de reciprocidad.
Kevin Spacey es esa nueva reencarnación del avaro con la dedicación de su tiempo, pero por mor del guión su encarnadura humana es más bien fugaz, no por la aparición en este caso de ectoplasmas sino por obra y gracia de un sortilegio que lo convierte en minino.
Resulta inofensiva, sin verdadera pegada, pero precisamente por ello, no acaba resultando irritante aunque no alcance el aprobado. Lo que más agradable me resulta de su contemplación es la luminosa aparición de las dos actrices antes citadas.
“Slapstick felino” titula el colega Quim Casas a propósito de su estreno, un buen resumen de su espíritu, sólo que aquí ese slapstick se queda más bien diluido dentro de un conjunto que acaricia la gracia pero que no superara un estadio, en el mejor de los casos, de inocua amabilidad.
Le falta mordiente al guión, que la fabulilla mudara de piel y no se quedara en una aseada apariencia que se disuelve en el aire del bonito diseño de producción. No molesta, no cansa, pero tampoco acaba provocando la adhesión.
Para pasar… el ratillo sin excesos.
José Luis Vázquez
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