Director: David Serrano
Intérpretes: Michelle Jenner, Hugo Silva, Verónica Forqué, Belén Cuesta, Óscar Ladoire, Ernesto Sevilla, Ilay Kurelovic
Sinopsis: Nuria (Michelle Jenner) lo tiene todo para ser feliz: un buen trabajo, una casa maravillosa y un novio perfecto que le acaba de pedir matrimonio. Lo tiene todo, excepto un pequeño detalle: los papeles del divorcio de su anterior pareja, Jorge (Hugo Silva). Jorge, en cambio, no tiene nada para ser feliz: está en paro, su casa se cae a pedazos y no tiene novia. Ella ha conseguido pasar página, pero él sigue traumatizado porque en los años más duros de la crisis hizo que los padres de Nuria (Verónica Forqué y Óscar Ladoire) se arruinaran recomendándoles invertir en preferentes del banco en el que trabajaba. Como no quiere terminar de hundir a Jorge, Nuria elabora un plan un poco peculiar: en los próximos días va a animarle todo lo que pueda haciéndole creer que ella tampoco ha pasado página y que sus padres están mejor que nunca para que, en cuanto le vea más fuerte, pedirle el divorcio.
De nuevo, una comedia española hurgando en problemáticas que aquejan actualmente a nuestra sociedad, la más circundante, pero de manera esquemática, superficial y discreta. Como EMBARAZADOS, como PERDIENDO EL NORTE, como la mejor –con diferencia- de todas ellas surgidas últimamente, OCHO APELLIDOS VASCOS, no así su fallida continuación rodada en tierras catalanas.
Llevo años manifestando que el género que mejor puede servir de emblema del cine patrio, que nos puede representar con más acierto y cosechar mejores resultados artísticos, tal vez sea este, sobre todo cuando se trata sin complejos y hunde sus raíces en ciertas peculiaridades o registros autóctonos, desde el más negruzco hasta el costumbrista, pasando por el de la crítica social. De estos dos bebe este último exponente. Pero, lamentablemente, lo vuelve a hacer sin pegada ni creatividad.
Y eso que su director, el también guionista David Serrano que como tal suele desenvolverse con gracejo y desparpajo (su mayor hito: EL OTRO LADO DE LA CAMA), en cambio como director, como responsable de puestas en escena, suele bajar considerablemente su capacidad. Así me lo confirman sus tres anteriores trabajos, DÍAS DE FÚTBOL, UNA HORA MÁS EN CANARIAS y DÍAS DE CINE, así lo hace éste también.
Aunque hace poco elogiaba la sencillez de producciones coetáneas en registros diferentes, como TRUMAN o como SPOTLIGHT, quiero dejar claro que no se debe confundir la misma con simpleza, algo aquí lamentablemente esgrimido en la mayoría de sus situaciones. Que uno opte por la quietud de la cámara, no incapacita para que los actores deban ser movidos de manera que creen conflicto del signo que sea, que haya intensidad o comicidad en el plano. No dejarlo al albur de chascarrillos más o menos graciosos. La inteligente utilización del plano/contraplano se revela fundamental pues y en este caso no lo es, más bien todo ello se ve engullido por un carácter anodino que se extiende a lo largo de todo el metraje.
No constituye pues una destacable excepción. No es además el expuesto uno de los mejores libretos de Serrano, pues el humor ramplón y sobado se adueña de la función, sin la posible redención de un manejo del espacio, del plano que consiga elevar.
Ni tan siquiera las tablas de Verdú y Ladoire, o la desenvoltura de Jenner, consiguen camuflar tanta carencia, Francamente, me da pereza continuar escribiendo sobre algo en lo que no advierto chicha alguna.
Por destacar algo, propio del oficio de un guionista solvente, esos cinco primeros minutos en los que se sintetiza con habilidad todas las sacudidas económicas que hemos padecido recientemente en la piel de toro.
En el fondo, estamos ante el vodevil de toda la vida… más o menos puesto al día.
José Luis Vázquez
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