Estreno en Royal City

 

Y de repente tú (2015)

Director: Judd Apatow

Intérpretes: Amy Schumer, Bill Hader, Tilda Swinton, Brie Larson, Colin Quinn, Vanessa Bayer, John Cena, Ezra Miller, Barkhad Abdi, Mike Birbiglia, Jon Glaser

Sinopsis: Desde pequeña, Amy ha oído a su padre decir que la monogamia no es un estado realista. La periodista vive de acuerdo con las creencias de su padre, disfrutando de una vida sin ataduras, libre de aburridas promesas románticas. Sin embargo, ha llegado a un punto muerto. Cuando descubre que se está enamorando del hombre al que dedica un artículo, un encantador y exitoso médico deportivo llamado Aaron Conners, Amy se replantea sus creencias y su estilo de vida.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 2 estrellas

No participo del ensalzamiento, entusiasmo y hasta entronización de la obra del cineasta estadounidense Judd Apatow, especialista en comedia y en personajes de peterpanes creciditos… a la que está siendo sometida desde hace tiempo por parte de muchos colegas de la crítica cinematográfica, varios de ellos compatriotas. Su mejor trabajo hasta la fecha  me sigue pareciendo la agridulce HAZME REÍR, pese a contar en su reparto con el habitualmente estomagante Adam Sandle.

Puedo advertir su empeño por postularse como uno de los retratistas de los nuevos –o no tanto- modelos de parejas actuales, del papel alejado de estándares machistoides que juega la mujer en estos tiempos (en sociedades occidentales, claro), a veces copiando pautas de conducta parecía que hasta hace poco exclusivamente masculinas y otras series de cuestiones que atañen a las relaciones sentimentales hoy en día.

Vale, todo eso lo acepto, sus buenas intenciones y hasta parciales o puntuales logros. O que sus películas reconozco que están bien filmadas y ofrecen encuadres atractivos, elaborados. De acuerdo también en ello, pero acaba patinando en lo que debe ser su basamento fundamental, en sus guiones.

Estos me suelen interesar más bien poco. Y es que no me basta como aval que a través de los mismos reproduzca lenguaje y diálogos cotidianos. Expuestos, servidos de la manera que lo hace me generan cierta antipatía, me hacen añorar irremediablemente a lo de los grandes maestros como Wilder, Edwards, Sturges, Lubitsch y tantos otros maestros, puede que no tan auténticos pero que hacían soñar, tocar el cielo. Todos estos podían contar asuntos tan demoledores e incisivos como los esgrimidos por Apatow, pero no hacían del astracán facilón, la reiteración y la zafiedad su sello de fábrica. No necesitaban de esa chabacana ostentación del taco o de situaciones exhibicionistas. Cuidaban el texto y lo contaban todo con una infinita capacidad de sugerencia. Por supuesto me refiero en líneas generales, hay de todo en cualquiera de las dos opciones. PORKY´S es muy burra pero tiene una gracia de lo más efectiva.

Como ejemplo negativo de lo anteriormente expuesto, aunque podría poner unos cuantos ejemplos en Y DE REPENTE TÚ, señalo la fallida resolución de la secuencia del funeral.

Los intérpretes, o más bien cómo son dirigidos (y teniendo siempre en cuenta que tantas veces nos perdemos inicialmente en la gran pantalla sus fundamentales voces originales), es otro apartado que no me suele acabar de convencer en su cine. Ya sé que están alejados a propósito de cualquier atisbo o falso glamour y pretenden estar más emparentados con la nada sofisticada realidad, pero aún teniendo todo ello en cuenta tampoco este apartado me suele generar simpatía… y esta no es ninguna excepción. Doy por supuesto que es lo que busca su director, el no edulcorar en exceso las vida, pero esta opción suya no tengo porqué compartirla, sobre todo si lo hace de manera tan pelma.

De su protagonista femenina, Amy Schumer, se ha destacado por parte de otros su desinhibición y cierto carisma. No seré el que ponga en duda esto, pero es inevitable que mi mente vuele hacia otras heroínas del género –las dos Hepburn, Stanwyck, Rogers…- igual de lenguaraces y libres y, ya se pueden imaginar lo que suele suceder en estos casos, que las comparaciones resultan francamente odiosas. Y les aseguro que no es una cuestión física sino química, o de eso tan puro e indefinible denominado “swing”, estilo, como prefieran.

Una cosa si estoy dispuesto a aceptar respecto a la elección de esta actriz. Es el que sirva para reivindicar cánones alejados de los habituales figurines o de patrones exclusivamente delgaduchos, a veces rayanos en la anorexia. Por ahí sí me convence. Aunque me mueva por parámetros clásicos, si tengo que elegir prefiero Reubens a Twiggy.

En fin, la supuesta gracia o clave del asunto está en mostrar a una mujer liberada pero sin coartadas feministas, alejada de roles predeterminados, que se lo monta como ancestralmente parece que ha sido norma en el hombre, con el añadido de una –inicialmente- considerable alergia al compromiso y un insaciable apetito sexual. Ese parece ser el quid de algo a lo que me siento incapaz de sacarle réditos,  salvo varias tomas de la siempre insólita e irresistible Nueva York. Poco más.

 

José Luis Vázquez

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