Estreno en Royal City

 

En el calor de la noche (1967)

Director: Norman Jewison

Intérpretes: Sidney Poitier, Rod Steiger, Warren Oates, Lee Grant, Quentin Dean, James Patterson, Matt Clark, Scott Wilson

Sinopsis: En una pequeña población de Mississippi, el policía Sam Wood (Warren Oates) descubre el cadáver de un industrial. Poco después, detiene en la estación a un hombre negro que, tras ser interrogado por el jefe de la policía local, Billl Gillespie (Rod Steiger), resulta ser un inspector de la policía de Filadelfia llamado Virgil Tibbs (Sidney Poitier). Ambos policías deciden colaborar para investigar el asesinato.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Los títulos de crédito de esta mítica e importante producción norteamericana de finales de los 60 ya ponen en situación: la voz desgarrada de Ray Charles desgrana el tema principal de idéntico título –IN THE HEAT OF THE NIGHT- mientras vemos a un hombre negro llegar a una pequeña estación de tren… esta no tan recóndita ni en el desierto, como de la que bajaba el manco Spencer Tracy en CONSPIRACIÓN DE SILENCIO.

A partir de ese momento, dos  asuntos principales conforman el meollo argumental: el enfrentamiento entre dos hombres de carácter y actitud antitética, con el racismo como fundamental tema de fondo y lo que es la absorbente trama criminal con entidad por sí misma, cuestión que sirve además de perfecta excusa para reincidir en lo primero.

Teniendo en cuenta esto, resulta clave el duelo interpretativo entre ese detective del Departamento de Homicidios de Filadelfia, Virgil Tibbs, y el rural, el  receloso jefe de la policía local, Bill Gillespie.

El primero encarnado por el primer actor afroamericano en conquistar un Oscar, Sidney Poitier, cuatro años después de haberlo obtenido por LOS LIRIOS DEL VALLE. Se muestra impecable en su ejecución de ese individuo con temple pero al borde de la crispación, mucho menos sentimentalón que lo que venía siendo habitual en su carrera. Este mismo año, 1967, también protagonizaría otros dos títulos emblemáticos en su trayectoria profesional: REBELIÓN EN LAS AULAS y ADIVINA QUIÉN VIENE ESTA NOCHE.

Respecto al formidable Rod Steiger, que venía de haber participado años antes o recientemente en los memorables repartos de LA LEY DEL SILENCIO, EL DÍA MÁS LARGO y DOCTOR ZHIVAGO, sencillamente borda a ese poli sureño, permanentemente masticando chicles, hasta 200 paquetes llegó a devorar durante el tiempo en qué transcurrió el rodaje, al que Hollywood recompensaría otorgándole el Oscar al mejor actor de aquélla edición.

Hablando de rodajes, destacar que la pequeña localidad de Missouri en la que transcurre la acción, Sparta, no es tal, o mejor dicho, existe pero en Illinois, donde prefirieron rodar, debido a la desconfianza y el temor hacia algunas de las gentes del que probablemente sea el estado más racista de Estados Unidos.

La diferencia no se nota en absoluto, además está perfectamente plasmado el calor propio de esas latitudes, casi se palpa, se masca en todo momento. Ya digo que la canción inicial de Charles se encarga de ponernos sobre el terreno, tanto anímica como físicamente.

En todo caso, me parece perfecta la pintura de ese lugar degradado por una comunidad repleta de prejuicios, pero con la que acaba existiendo alguna esperanza de progresar, algo precisamente determinado en la relación paulatinamente “cambiante” del personaje de Steiger.

Por cierto, la secuencia de la devolución de la bofetada por parte de Tibbs, hoy en día es posible que sea contemplada con cierta indiferencia, pero en su momento constituyó un paso adelante considerable. Hasta ese momento no se había visto que alguien mal llamado de color replicar una actitud violenta en idénticos términos.

Volviendo al tema de las estatuillas doradas, destacar que aquél año tuvo como competidoras trabajos tan destacables como BONNIE Y CLYDE, EL GRADUADO, la propia ADIVINA QUIÉN VIENE ESTA NOCHE (también sobre cuestiones raciales desde un prisma jovial y aún más esperanzado)  o DR. DOLITTLE. Y recibieron varias nominaciones  A SANGRE FRÍA, EL LIBRO DE LA SELVA, LA LEYENDA DEL INDOMABLE o CAMELOT.

EN EL CALOR DE LA NOCHE obtuvo siete y conquistó cinco, una cifra muy respetable: a la mejor película, al ya destacado mejor actor (Steiger), guión adaptado (Stirling Stilliphant), montaje (para el inminente y prestigioso director Hal Ashby) y sonido.

A título anecdótico, reseñar que la gala tuvo que ser retrasada precisamente por el asesinato en aquellas fechas del estandarte de los movimientos por los derechos civiles de los suyos, Martin Luther King, aspecto con el que algunos quisieron ver cierto oportunismo en las recompensas, algo en lo que difiero rotundamente  desde la distancia y la perspectiva del paso del tiempo.

Igualmente hubieran merecido ser reconocidos el propio Poitier, secundarios como el viscoso Warren Oates, Scott Wilson (como el supuesto asesino) o la elegante Lee Grant, la brillante fotografía de Haskell Wexler o la electrizante banda sonora de Quincy Jones, bañada en genuino soul.

No quisiera dejar de ponderar la labor de su máximo responsable en el magnífico acabado de este formidable alegato liberal. Uno de esos maravillosos directores “sin estilo” como Raoul Walsh, Howard Hawks, William Wyler, William A. Wellman, George Stevens o tantos otros. Me refiero a Norman Jewison, el cual volvería décadas después a asuntos parecidos con la no tan prestigiosa pero igualmente destacable HISTORIA DE UN SOLDADO. El también firmante de títulos tan estupendos como EL VIOLINISTA EN EL TEJADO, JESUCRISTO SUPERSTAR, EL CASO DE THOMAS CROWN o HECHIZO DE LUNA.

Trasladando la acción a San Francisco, originó dos prontas secuelas, ¡AHORA ME LLAMAN SEÑOR TIBBS! de Gordon Douglas y EL INSPECTOR TIBBS CONTRA LA ORGANIZACIÓN de Don Medford, prueba de la relevancia y merecida repercusión que obtuvo el original. 

José Luis Vázquez

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