Estreno en Royal City

 

La familia Bélier (2014)

Director: Eric Lartigau

Intérpretes: Louane Emera, Karin Viard, François Damiens, Roxane Duran, Mar Sodupe, Eric Elmosnino, Ilian Bergala, Luca Gelberg, Clémence Lassalas

Sinopsis: Todos los miembros de la familia Belier son sordos, excepto Paula, que tiene 16 años. Ella hace de intérprete para sus padres, especialmente en lo que respecta al funcionamiento de la granja de la familia. Un día, alentada por su profesor de música que ha descubierto su talento para el canto, decide prepararse para la audición del Coro de Radio France, pero se trata de una elección que la obligará a distanciarse de su familia.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Las comedias francesas, más o menos sentimentales, más o menos familiares, continúan proporcionándome gratas sorpresas. Como esta FAMILIA BÉLIER cuyo subtítulo bien podría responder al de SONRISAS Y LÁGRIMAS, pues de eso va preferentemente, en este caso con la particularidad de que sus protagonistas son sordomudos a excepción de  la hija adolescente.

En ella se centra el nudo “gordiano” de la acción, en sus desvelos por sus padres y por su hermano pequeño, en la vivencia de ese primer amor de juventud, en el descubrimiento de sus enorme capacidad canora, en sus imperiosas ganas de volar por sí misma, como perfectamente refleja la ilustrativa letra de una de sus canciones principales, JE VOLE y que adjunto al final de mi comentario.

Resulta elogiable la composición que hace de la misma la flamante ganadora de la edición del año 2013 de LA VOZ en el país vecino, Louane Emera, en el que supone su debut en la gran pantalla. Muestra más que sobrada desenvoltura, frescura interpretativa, belleza, naturalidad y extraordinarias cuerdas vocales.

Junto a ella, Karin Viard y François Damiens (encantador en LA DELICADEZA) como sus padres y Luca Gelberg como el hermano pequeño. La primera un tanto excesiva a veces, el segundo impecable, ambos habían coincido con anterioridad en la simpática NADA QUE DECLARAR. El tercero, Luca Gelberg, ajustado a su situación real, el único de todos ellos con una verdadera discapacidad auditiva. No quiero tampoco olvidarme del entusiasta Eric Elmosnino en el rol de ese profesor de piano y descubridor de talentos.

Uno de los aspectos que más me satisfacen de este exitazo en el país galo, pues fue número uno arrasador la pasada Navidad con más de siete millones de espectadores acercándose a las salas para contemplarla, tal vez sea la sencillez con que combina buen humor, ternura, emotividad sin empalago y alegría de vivir. También como están expuestas esas relaciones entre padres e hija, lo clarita con lo que está explicada la búsqueda de la propia identidad o la entrada en una edad en la que uno quiere ir tomando decisiones sobre su propia existencia.

Agradezco el tono liviano imprimido por Eric Lartigau en su quinto largometraje y en cuyo bagaje vital figura su trabajo como profesor de lenguaje de signos. Lo cual no es óbice para que en algún momento, ofrezca alguna secuencia de revelador peso, como aquélla en la que Paula y su compañero cantan en la escuela y se provoca que todos nos sintamos igualmente sordos, lo que facilita que nos pongamos aunque sea por unos instantes en el lugar de sus progenitores (los sonidos del silencio). También merece relevancia la manera que tiene el padre de apreciar las  facultades de su vástago palpando sus cuerdas vocales mientras esta vuelve a interpretar idéntico tema.

No deja sino ser una reflexión sobre el placer sensorial como elemento de unión y comprensión entre personas y los distintos miembros de esta familia tan normal en lo fundamental como cualquiera.

El generoso y precioso repertorio de cálidas canciones del intemporal Michel Sardou resulta otro factor determinante que contribuye al muy buen acabado que presenta esta decididamente simpática y amable película, directa al corazón sin demasiados colorantes ni conservantes.

José Luis Vázquez

©2025 Ciudad Real Digital | www.ciudadrealdigital.es