Estreno en Royal City

 

El libro de la vida (2014)

Director: Jorge R. Gutiérrez

Intérpretes: Animación

Sinopsis: La película cuenta el viaje de Manolo, un joven torero que se debate entre cumplir con las expectativas de su familia o seguir su corazón y dedicarse a su verdadera pasión: la música. Antes de escoger el camino que seguirá, emprende una aventura recorriendo tres mundos fantásticos, donde tendrá que superar sus peores miedos.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

El cine de animación continúa gozando de excelente salud creativa. Compruébenlo echando un vistazo a la extraordinaria terna presentada este año en los Oscar (LOS BOXTROLLS, CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 2, SONG OF SEA, EL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA y la merecedora de la estatuilla aunque cualquiera de ellas lo hubiera sido, BIG HERO 6). Cómo será la cosa que se tuvo que quedar fuera esta no menos extraordinaria producción estadounidense de la Fox de espíritu y temática inequívocamente mexicanas.

Por muchos motivos, es fácil, sobre todo en tramos muy concretos, establecer comparativas con una de las varias obras maestras de Tim Burton, LA NOVIA CADÁVER, sobre todo a la hora de describir ese mundo de los muertos, algo no solo resuelto de manera brillante en lo que a su solución visual se refiere, sino que hasta en la terminología empleada para referirse al mismo, el de los Recordados o los Olvidados, posee un enorme encanto.

Al igual que en la película del mago de Burbank, aunque aquí la diferencia sea menos remarcable, estos del más allá vuelven a resultar más coloristas y activo que el de los que habitan el a veces más obtuso formado por los que siguen vivos. Creo que este constituye uno de los numerosos aciertos aquí desplegados.

Pero también me gusta mucho que su director, Jorge R. Gutiérrez en la que constituye su opera prima apadrinada por el grandísimo Guillermo del Toro, sea capaz de aunar en una fusión cautivadora, tradición y modernidad. Sin renunciar a sus raíces, deja algún mate acerca de cuestiones tan fundamentales como machismo o la muerte de animales. Insisto, no renuncia a sus señas de identidad, pero introduce esquirlas que bien pudieran resultar ilustrativas, sobre todo para los más pequeños. No me hace mucha gracia utilizar el término didáctico, pero bien puede explicar lo que acabo de exponer.

Precisamente este público menudo no tengo claro que su principal destinatario, pues la manera habida de abordar asuntos como el de la Muerte, tal vez sea un tanto explícita. Aunque el más difícil todavía, Gutiérrez también consigue bordear este inicial obstáculo. De hecho, en un momento determinado, uno de los niños gringos que visita un museo le espeta a la particular guía “¿qué nos estás contando? ¡Somos niños! Muy revelador de que sus autores son perfectamente conscientes del material que tienen entre manos y que a sus destinatarios de cualquier edad pretenden tratarles con el máximo respeto.

Tampoco se renuncia a las claves del mejor folletín del país azteca, como queda patente en ese triángulo amoroso que se establece entre una chica ilustrada en Europa y dos chicos que bien pueden ser diáfanos exponentes de la cultura y sociedad autóctona, un torero cuyas aspiraciones son más bien canoras –ahí se establece uno de los varios debates dramáticos- y un militar de gran arrojo.

Claro que si se trata de mostrarse culto, podrán rastrear igualmente, palpables influencias de mitos cada vez más arraigados en la cultura popular como el de Orfeo y Eurídice.

En un acierto de planteamiento, todos sus personajes tienen apariencia de muñecos articulados, como Pinocho, curiosamente el personaje sobre el que trata el proyecto actual de del Toro. Esto y esa paleta refulgente de colores que gasta, su diseño visual, su frenético ritmo o la llamativa iconografía que despliega, con esas dos deidades reconduciendo destinos de muertos y vivos, son otros aspectos que contribuyen a su irreprochable acabado final.

Me encanta que uno de sus reclamos sea el célebre Día de los Muertos, celebrado en todo el territorio del país centroamericano el 2 de noviembre, en medio de una fascinante mezcla de religiosidad y paganismo.

Como remate, una banda sonora “de luxe”, rica en estilos, variada y sorprendente. Que va desde una particularísima versión del CREEP de RADIOHEAD hasta una casi inevitable ranchera de Plácido Domingo, pasando por acordes de Ennio Morricone o gorgoritos más “cultos” a expensas de Verdi o Bizet.

Lo podrán comprobar ustedes mismos, es de lo más completita, siempre claro está, que no sean alérgicos al género. Desde luego, es de lo mejor que llevo visto en lo que va de 2015. Junto a DESCIFRANDO ENIGMA (THE IMITATION GAME), LA TEORÍA DEL TODO, WHIPLASH, FOXCATCHER, EL FRANCOTIRADOR y NIGHTCRAWLER.        

José Luis Vázquez

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