Modesto thriller, sólo en apariencia que no en excepcionales resultados artísticos, diseñado en vena “hitchcockiana”, pues además se basa en una narración de Cornell Woolrich, de corte y confección similar a LA VENTANA INDISCRETA, novela que el orondo cineasta adaptaría, ya en color, cuatro años después.

Con el paso del tiempo se ha convertido en un clásico inapelable, y ha sido tomado como modelo en repetidas ocasiones. Su fotografía de penumbras y sombreados resulta modélica.

El crío Bobby Driscoll hace un magnífico trabajo, rodeado por secundarios del calibre de Arthur Kennedy. En la época de estreno obtuvo un considerable éxito popular. Sin duda, una de las 10 mejores películas de serie B de la Historia del Cine. Una apasionante, absorbente y crispante película de suspense.