Estreno en Royal City

 

La bahía del tigre (1959)

Director: J. Lee Thompson

Intérpretes: John Mills, Horst Buchholz, Hayley Mills, Yvonne Mitchell, Megs Jenkins, Anthony Dawson, George Selway, Shari, George Pastell, Paul Stassino, Marne Maitland

Sinopsis: Gillie, una niña de doce años que vive en un pequeño pueblo británico, presencia casualmente un asesinato: Korchinsky, un marinero polaco, en un arrebato de ira, mata a su amante después de encontrarla con otro hombre. Gillie recoge el arma del crimen e intenta huir; Korchinsky consigue alcanzarla, pero es incapaz de hacerle daño. Entre ambos se crea un extraño vínculo afectivo, que lleva a Gillie a despistar a la policía para salvar a su nuevo amigo.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Uno de los mejores thriller con niño jamás rodados. Este magnífico, extraordinario ejercicio de suspense así sería reconocido como tal en el Festival de Berlín de 1959, en el que obtuvo el Oso de Plata y el Premio Extraordinario del Jurado.

Nada destripo si cuento que gira en torno al asesinato de un marinero polaco presenciado por una cría de 12 años. Él es Horst Büccholz, un actor alemán que tras su intervención en esta película adquiriría cierta notoriedad en el cine americano, fundamentalmente a través de dos papeles, el de la desternillante comedia de Billy Wilder UNO DOS TRES y el mítico western LOS SIETE MAGNÍFICOS, él era uno de ellos. Aquí es el desencadenante de la tragedia sobre la que oscilará toda la trama.

Ella, Hayley Mills, era la hija del prestigioso actor británico John Mills que hacía su debut en la gran pantalla, precisamente con su padre como maestro de ceremonias, aunque haciéndola chinchar en la ficción. Es el detective que la somete a intensos interrogatorios. En cualquier caso, todo un placer escucharlos en su impecable “british” original, en contraste con el acento “cockney” que se gastan algunos otros personajes portuarios.

A raíz del espaldarazo que supuso este papel, la joven Mills protagonizaría dos años después, también en su Inglaterra natal, otro título mítico dentro del subgénero policíaco aquí tratado, el igualmente extraordinario CUANDO EL VIENTO SILBA de Bryan Forbes, sobre unos niños que descubren a un prófugo que piensan que es Jesucristo. Después vendrían, ya trabajando para Disney, TÚ A BOSTON Y YO A CALIFORNIA, POLLYANNA, LOS HIJOS DEL CAPITÁN GRANT y varios títulos más.

El caso es que la de los actores es solo una de las varias bazas de esta verdadera joya. Pero despliega otras muchas más, como la exquisita, tensa, sólida, excelente dirección de ese artesano tantas veces desdeñado y desconsiderado que fue J. Lee Thompson, un profesional que con este trabajo iniciaría una década, la de los 60, plagada de estupendas obras para la industria hollywoodiense: la mítica EL CABO DEL TERROR (de la cual haría un “remake” Martin Scorsese), LOS CAÑONES DE NAVARONE, TARAS BULBA, LOS REYES DEL SOL, EL OJO DEL DIABLO o EL ORO DE MACKENNA.

Otro factor que cautiva e hipnotiza, es el brillantísimo trabajo fotográfico de Eric Cross, plagados de encuadres elaborados, retorcidos y de lo más atractivos.

El argumento, inspirado en un relato de Noël Calef, RODOLPHE ET LE REVOLVER, sin dejar de tener cierto tono familiar, no cae en momento alguno en la gachosidad o la blandenguería. En buena parte, por la inteligente dirección de su joven protagonista. Escalofríos, llantos y hasta risas están entremezclados con enorme habilidad. El héroe/villano tiene mucha presencia y nos descubre zonas oscuras que podemos albergar cualquiera de nosotros.

Su estudio de personajes es de lo más certero. Y su final, sin tampoco descubrirles nada, despliega ternura y belleza.

Es un reluciente, brillantísimo melodrama policial, generoso y talentoso en sus dosis de suspense. La banda sonora de Laurie Johnson acompaña adecuadamente esas imágenes impregnadas de incertidumbre e inquietud.

 

José Luis Vázquez

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