Producción animada de Dreamworks para todo tipo de espectadores aunque, preferentemente, sus principales destinatarios  sean los más familiares. Precisamente una familia prehistórica es la protagonista. Por momentos se resiente y se muestra aquejada de un tonillo, de un registro infantil, que la merma en buena medida. Pero claro, eso es lo que la diferencia, para peor, respecto a  esas maravillosas producciones surgidas de Pixar que ya de fábrica parten de unos guiones de elevadísimo vuelo, en el que tratan al espectador, tenga la edad que tenga, con inmenso respeto, a base de mucha imaginación e ingenio. No es este el caso. Por supuesto, lo que es en el apartado de la pura animación es donde presenta una incuestionable calidad y muestra sus mejores bazas.

LOS CROODS son una familia de tantas a lo largo de la historia de la humanidad, de sus inabarcables orígenes, que se ve expuesta a un radical cambio de costumbres, abandonar definitivamente las cuevas como permanente morada.  La resolución de sus problemas y disyuntivas carecen de verdadera gracia y emoción. De acuerdo en que su diseño de personajes resulta más o menos simpático y que, por momentos, su ritmo trata de emular los mejores cortos de Tex Avery, pero poco más da de sí este discreto entretenimiento que tal vez atraiga a un respetable número de espectadores... y más con motivo de estas festivas fechas “semana santeras”.

Se encuentra a gran diferencia artística de las recientes, imaginativas -estas sí- y magistrales FRANKENWEENIE, BRAVE (INDOMABLE) y EL ALUCINANTE MUNDO DE NORMAN. Que por cierto, qué mala baba se gasta esta última amparándose en un argumento zombi y cuánta corrosión destila analizando ciertos aspectos de la sociedad estadounidense. 

Frase:

“Lo nuevo siempre es peligroso, nunca pierdas el miedo”