Director: Nicole Holofcener
Intérpretes: Julia Louis-Dreyfus, James Gandolfini, Toni Collette, Catherine Keener, Ben Falcone, Tavi Gevinson, Tracey Fairaway, Eve Hewson, Anjelah Johnson-Reyes, Toby Huss
Sinopsis: Eva (Julia Louis-Dreyfus), una madre divorciada, pasa los días disfrutando de su trabajo como masajista aunque atemorizada por la inminente partida de su hija hacia la universidad. Eva conoce a Albert (James Gandolfini), un hombre dulce, divertido y afín a ella, que también tiene que lidiar con un nido vacío. Mientras su idilio florece rápidamente, Eva hace amistad con Marianne (Catherine Keener), su nueva clienta. Marianne es una bella poetisa que parece "casi perfecta" salvo por una destacada cualidad: no deja de sacar faltas a su ex marido. De repente, Eva empieza a albergar dudas acerca de su propia relación con Albert cuando conoce la verdad sobre el ex esposo de Marianne.
De terapeuta sexual a masajista normal y corriente. Si la primera era la profesión de la protagonista de uno de los títulos más destacado de la Navidad pasada, LAS SESIONES, la segunda lo es de la no tan rutilante pero notable de esta.
Al contrario de lo que sugiere su título, SOBRAN LAS PALABRAS, es una película parlanchina. Y más que una comedia romántica, sin dejar de serlo de una manera “sui generis” me parece más bien realista. Eso sí, en todo momento estimulante.
Sus diálogos resultan fluidos, creíbles. No son marcianadas, desprenden autenticidad. Dichos por gordos, divorciadas, divorciados, pijas, adolescentes confusas, gente reconocible, esa “ordinary people” que contara y cantara Robert Redford en su ya lejano debut tras las cámaras. Con la que uno se cruza por la calle todos los días, en cualquier momento. Como tantos de nosotros.
Es muy reconfortante la naturalidad con que ha sido encarada la historia, sus imágenes, quienes la dan vida. Y toca asuntos que me resultan cercanos, muy entendibles, inclusive molestamente humanos. Como eso de que nos influyan las opiniones de los demás respecto a nuestros sentimientos, a los presuntos defectos de las parejas que elegimos porque realmente las queremos, nos sentimos bien tras anteriores fracasos y no deberíamos tener tan en cuenta impresiones ajenas que no sean las que dicta el propio corazón.
Argumentalmente no esperen nada nuevo, pues trata de lo expuesto en miles de ocasiones, de los vaivenes de la vida, de los encuentros, de los desencuentros con los seres más queridos, del temor a la soledad, del discurrir cotidiano de la existencia.
Pero la sencillez con que está contado todo, casi en voz baja, sin alzarla en ningún instante, es su cualidad más evidente, propia del mejor cine independiente. Tal vez mientras se contempla no parezca relevante, pero agradezco enormemente su falta de pretensiones, lo discreta y eficazmente dirigida que está y lo inteligentemente con que ha sido escrita.
Constituye prácticamente el testamento cinematográfico, fue su penúltimo trabajo, de ese gran e inmenso en todos los sentidos James Gandolfini, el inolvidable Tony Soprano, aquí en un registro completamente diferente a aquél que le otorgara reconocimiento y popularidad. Un hombre separado, bonachón, cálido, sensible. No es nada mala despedida.
Formando pareja con una actriz que con este papel descollará definitivamente, verdaderamente magnífica… Julia-Louis Dreyfus, la voz de Gloria en LOS SIMPSON, merecidamente nominada al Globo de Oro. Ambos combinan e intercambian réplicas afortunadas. Se palpa la complicidad entre ambos. Y ello eleva considerablemente la obra en cuanto a categoría y puntuación.
También las adolescentes se desenvuelven con desparpajo. Y de apoyo están las estupendas Catherine Keener (la ex de Gandolfini) y Toni Collette, cuya especialidad últimamente es hacer de madre, como atestiguan PEQUEÑA MISS SUNSHINE y EL CAMINO DE VUELTA (o hace ya unos años EL SEXTO SENTIDO).
Ofrece aspecto insignificante y eso podría ir en su contra, pero es una pequeña gran película, de tan solo hora y media encima.
José Luis Vázquez
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