Estreno en Royal City

 

Invisibles (2020)

Director: Gracia Querejeta

Intérpretes: Emma Suárez, Adriana Ozores, Nathalie Poza, Blanca Portillo, Fernando Cayo, Pedro Casablanc, Francisca Horcajo

Sinopsis: La historia refleja la vida de Julia, Elsa y Amelia, tres amigas que un día decidieron comenzar a caminar juntas una vez por semana. Lo que empezó por ser una mera distracción y una forma de hacer ejercicio se ha terminado por convertir en una necesidad. Porque esos paseos les sirven también para estar informadas de lo que a cada una de ellas les ocurre. Poco a poco irán descubriendo que la amistad no es siempre idílica, que en la amistad también se guardan secretos y se recurre a la mentira.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

La madrileña Gracia Querejeta, hija del gran y renovador productor del cine español Elías Querejeta, es una directora de no muy extensa filmografía -9 largometrajes en casi 30 años de carrera-, pero que rara vez suele fallar… tal vez la única vez que me lo pareciera fuera justo con el trabajo anterior a este, OLA DE CRÍMENES… y eso que se le podía echar un vistacillo aunque fuera en diminutivo.

Es una profesional sólida, consistente, brillante en su sobriedad e incluso a veces deslumbrante (HÉCTOR, CUANDO VUELVAS A MI LADO). Lo que aquí lleva a cabo es una relativamente virtuosa y a la vez sencilla puesta en escena. Todo un ejercicio de estilo, de cámara, nada gratuito y con sentido, con mucho sentido. Y refrescante.

Elsa Fernández Santos la ha descrito perfectamente como una película “que se sostiene en la palabra y el talento de tres actrices capaces de llenar de matices la conversación más anecdótica y banal”. Y qué tres intérpretes. Dos absolutamente consagradas a estas alturas de sus vidas y de muchas de las nuestras, Adriana Ozores (60 años) y Emma Suárez (55). Y, desde luego, quién cuestione a Nathalie Poza (48… JULIETA, TODAS LAS MUJERES, MIENTRAS DURE LA GUERRA) estar a su lado, es que o no la ha visto en suficientes ocasiones o tal vez no la conozca bien.

Están prodigiosas las tres, divertidas, ocurrentes, sensibles, capaces de pasar de la guasa al drama con suma, pasmosa facilidad. De resultar banales y profundas. Claro, que también en buena medida –es un maridaje, una imbricación, una simbiosis que diría aquel- se nota la mano de una Querejeta que mima siempre a sus actores, mujeres preferentemente. Y que sabe mover la cámara a su alrededor, incluso tirando de algún travelling circular, con enorme soltura y fluidez.

Y utilizando adecuadamente el desenfoque o el fuera de campo de quienes se cruzan –pese a que se detenga en personajes puntuales que salpican sus paseos- en el camino de estas amigas a las que vemos permanente caminando una vez por semana durante un período primaveral… que se antoja de renovación o asimilación ante un período de sus vidas en el que están comenzando a perder la visibilidad para los demás… de ahí su título.

En parte tres prototipos diferentes, pero perfectamente representativos de edades, situaciones, estados anímicas de quienes han alcanzado los 50 años o casi, o quienes lo han rebasado, en la sociedad actual, en la que nos circunda, en la que a poquito que nos detengamos para observarla reconoceremos a muchas de ellas. Es difícil sustraerse a un retrato sin especiales pretensión de epatar que rezuma tanta cercanía, autenticidad, verdad.

Muy fácil de ver, de seguir, pues se aleja de cualquier tipo de estridencia y tira de una naturalidad elaborada en lo que se refiere a su envoltorio y muy de agradecer.

Sin duda recomendable. Un pequeño placer.

José Luis Vázquez

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