Me deja frío, indiferente en algunos momentos, este canto materno filial y sutilmente feminista. Los ensimismamientos de madre e hija en ocasiones son un tanto auto complacientes.

Pero no le negaré méritos a esta producción gala de buen empaque formal alejada de cualquier veleidad estética o fácilmente conmovedora, comenzando por el gran y meritorio trabajo de su protagonista, la siempre tremenda Eva Green, a quien da buena e infantil réplica la jovencita Zélie Boulant-Lemesle

Y no seré yo el que destaque unos cuantos reparos de guion asociados a la credibilidad, como esa falta de seguridad y de andar como Pedro por su casa, difícilmente asociada a una historia que transcurre en recintos tan restringidos. No me recrearé, no caeré ese reduccionismo, pero no es menos cierto que cuando a uno no le apasiona algo se fija en detallitos que de otra manera pasarían desapercibidos. Fíjense si no en el cine del mago del suspense Alfred Hitchcock, el colmo de la inverosimilitud verosímil (a nadie más que a él se le podría ocurrir filmar un asesinato en medio de la nada con una avioneta fumigadora… en CON LA MUERTE EN LOS TALONES).

PRÓXIMA ni mucho menos chirría hasta ese magistral sentido, no tiene el descaro de las geniales propuestas del firmante de PSICOSIS o REBECA, pues su enfoque realista tamiza un relato cocido a fuego lento y fabricado a base de reveladoras miradas.

De todas formas, no resulta muy laudatorio cuando me pongo a reseñar otras películas que nada tienen que ver con la que aquí me ocupa... y ya no precisamente porque me disemine, algo habitual en mí cuando hablo de cine y de cosas que me apasionan.

Tengo la sensación de que podré volver a ella dentro de unos años y generarme la misma gelidez respetable que la que me ha transmitido ahora. En cualquier caso, puede merecer un vistazo, no mucho más.