Director: Chris Renaud y Jonathan del Val
Intérpretes: Animación
Sinopsis: Max se enfrenta a nuevos e importantes cambios en su vida: su dueña Katie no sólo se ha casado, sino que también ha sido madre por primera vez. En un viaje familiar al campo conoce a un perro granjero llamado Rooster, con el que aprende a dominar sus miedos. Mientras tanto, Gidget trata de recuperar el juguete favorito de Max de un apartamento repleto de gatos. Snowball, por otro lado, se embarca en una peligrosa misión para liberar a un tigre blanco, Hu, de sus captures en un circo de animales. Secuela de 'Mascotas' (2016).
No me entusiasmó MASCOTAS en su momento –hace tres años, 2016-, pese a algún discreto mérito, y me gusta un poco menos su continuación o secuela, como prefieran denominarla. Pero no es difícil aventurar que será un éxito comercial como su antecesora, sobre todo después de comprobar la nutrida asistencia de espectadores menudos el día de su estreno.
La película solo destaca por su resplandeciente colorido y el buen diseño gráfico de los animalitos. Pero falla en algo tan fundamental como su argumento y correspondiente guion, que resulta embarullado, atropellado, algo espeso y simplón, escasamente ameno… aunque pueda parecer lo contrario por los tres frentes en los que se desenvuelve. Supongo que estos matices tal vez no sean advertidos por los más pequeños, que se quedarán embobados con lances puntuales que no creo que tengan mayor repercusión ni recuerdo a posteriori. Lo que siento que no haya aprovechado esa veta argumental abierta a propósito del matrimonio y la maternidad de la dueña del chucho del protagonista, principalmente en lo referido a la relación de su primer vástago con Max, el chucho protagonista. Esta se queda en una serie de brochazos puntuales sobre el crecimiento inicial del primero.
Tal vez lo mejor de todo sean sus créditos finales protagonizados por críos y mascotas reales, estos sí me parecen francamente divertidos, el resto es un humor sin pegada, de sonajero, con el que probablemente no todos los adultos comulguen, aunque no sé, pues líbreme Dios o el Diablo de hablar como los políticos –independentistas fundamentalmente- en nombre de los demás, bastante tengo con hacerlo en el mío propio.
Lo que me va pareciendo claro es que su director, Chris Renaud, co-creador con Pierre Coffin de las dos primeras e –estas sí- importantes entregas de GRU, MI VILLANO FAVORITO (y del gran hallazgo obtenido como consecuencia… los divertidísimos e irresistibles minions, a quienes ambos le han prestado su irreconocible voz) funciona bien en el apartado técnico, como el buen diseñador gráfico que es, pero no así tanto en el literario. Y la comparativa es fácil… Pixar (Disney), o incluso diversas aportaciones de compañías especializadas en el género como Dreamworks, Laika, Blue Sky o algunas otras más.
Illumination (estudio de animación perteneciente a Universal) que es la que ampara esta propuesta tiene como mayor hito los títulos anteriormente citados –GRU, MINIONS- Y creo que buena parte de ello es obra de su compañero Coffin, intuyo más ingenioso y perspicaz a la hora de plantear las historias sobre el papel.
De Renaud algunos podrán recordar la también fallida LORAX. EN BUSCA DE LA TRÚFULA PERDIDA, otra producción vistosa visualmente, pero un tanto inane en lo que a su trama se refiere, por mucho que quisiera confundir ritmo con acumulación y atolondramiento.
Su trabajo, en complicidad con Jonathan del Val, caba manifestándose formulario a la baja y revelándose un tanto soso, pese a su aparente dinamismo y bullicio.
José Luis Vázquez
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