Estreno en Royal City

 

Carta a tres esposas (1949)

Director: Joseph L. Mankiewicz

Intérpretes: Kirk Douglas, Ann Sothern, Linda Darnell, Paul Douglas, Jeffrey Lynn, Jeanne Crain, Florence Bates, Thelma Ritter, Celeste Holm

Sinopsis: Tres mujeres reciben una carta de una amiga llamada Addey Ross en la que les dice que se ha fugado con uno de sus maridos. A partir de aquí veremos las dudas y los temores de las tres esposas sobre sus respectivos matrimonios, en una narración articulada en flashbacks en los que vemos diversas escenas de sus matrimonios. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Incluso aun teniendo nítido el recuerdo de la niñez o juventud, de cuando descubrí montones de maravillosos clásicos norteamericanos de diversas épocas, en muchas ocasiones se me hace difícil plasmar los recuerdos e impresiones causados por aquellos placenteros visionados. Y aunque hoy en día tenga el impagable Google a disposición, casi prefiero las más de veces apelar a la huella dejada.

Es lo que procedo a hacer a continuación con CARTA A TRES ESPOSAS, rebautizada del original literario de John Kempner UNA CARTA A CINCO ESPOSAS (dos se perdieron en la traslación a la gran pantalla, una de ellas ya con segmento adjudicado a Anne Baxter a instancias del todopoderoso jefe de la 20th Century Fox, Darryl F. Zanuck), obra maestra del excepcional guionista y director Joseph L. Mankiewicz, de lo más grande que ha parido Hollywood… y ya es decir. Supuso su sexto largometraje tras las cámaras, pero ya había parido otras tantas sendas obras maestras, entre ellas su debut, EL CASTILLO DE DRAGONWYCK, EL MUNDO DE GEORGE APLEY o la sublime EL FANTASMA Y LA SEÑORA MUIR.

La premisa de la que parte es de un riesgo y una audacia considerable para la época y aun lo sería también hoy en día. Recojo una breve sinopsis de MOVIE MOVIE para ponerles en situación: Cuando se disponen a pasar un alegre día de picnic, tres mujeres casadas reciben una carta en las que se les notifica que el marido de una de ellas, sin especificar cual, abandonará a su esposa y huirá con la autora de la misiva, una amiga común de ellas.

Como pueden deducir, un planteamiento de partida original y formidable, tan innovador como el que pudiera suponer el de EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES, que tiene su constatación a lo largo de una trama repleta de suspense e intriga, pero de suspense e intriga emocional y social. Porque lo que hace Mankiewicz en su doble faceta y con la inestimable ayuda en el libreto de Vera Caspary, es un apasionante estudio de la psicología femenina y una radiografía o disección de la América del momento. Además, aquí ya revelaría una de las que sería una de las constantes fundamentales de su obra, su enorme interés por la psicología femenina.

Utiliza para ello de manera precisa y magistral el recurso del “flash backs” en tres extensos y esclarecedores destellos. Lo que servirá para que cada una de ellas se vea obligada a reflexionar sobre su propia situación marital. Los temores de estas mujeres a que cada una pueda ser la desafortunada nos llevan a mostrarnos la paranoia, la angustia de la pérdida, los celos, las sombras propias y ajenas, las intimidades menos relucientes de cada uno de sus matrimonios, las miserias del “american way of life”.

Al respecto de esto último, que esté ambientada en una típica y convencional localidad de provincias no es nada casual. Pues esta película, entre otras muchas cosas, es una ingeniosa, acerada y analítica crítica sobre los falsos convencionalismos y apariencias, la mediocridad, el interés material, la hipocresía de unos personajes magistralmente retratados, definidos, expuestos.

Igualmente viene a incidir en la subjetividad de los recuerdos, en lo que consideramos o no relevante, en muchos detalles y matices que es difícil recoger, comprimir, en una reseña de estas características dirigida a un consumo más o menos rápido.

Y aunque antes he destacado la relevancia de los personajes que encarnan unas espléndidas Ann Sothern, Jeanne Crain y Linda Darnell, atención a un arrollador como siempre Kirk Douglas y a sus dos congéneres masculinos, el formidable característico Paul Douglas y Jeffrey Lynn. Atención a la aparición de una no acreditada Thelma Ritter, cómo no, haciendo de chacha (dicho con todo el cariño del mundo).

Otro personaje clave, al que nunca lo vemos en su encarnadura física es la sofisticada e irresistible Addie Ross, la detonante del conflicto. Su voz es la de Celeste Holm, que tenía un papel importante en EVA AL DESNUDO. Como en REBECA, acaba siendo una no aparición en todo momento presente y fundamental.

Volviendo a Mankiewicz un apunte anecdótico bastante revelador. Ha sido el único cineasta en la historia en haber conseguido dos años seguidos el Oscar a la dirección y el guion. En 1949 por el título que aquí me ocupa y al siguiente por la mítica e incuestionable EVA AL DESNUDO. Solo otros dos colegas pueden presumir de haberlo conseguido correlativamente, pero solo en tareas direccionales, el John Ford de LAS UVAS DE LA IRA y ¡QUÉ VERDE ERA MI VALLE! (total nada) y el algo más incomprensible Alejandro González Iñárritu de BIRDMAN y EL RENACIDO.

Para finalizar, recojo unas someras y breves palabras del colega Teo Calderon que sintetizan perfectamente lo que supone esta maravilla: “Audaz, irónica, inteligente y malintencionada comedia, resuelta con suprema elegancia y astucia por uno de los mejores directores-guionistas que ha tenido Hollywood en toda su historia”. Amén.

 

 

 

 

José Luis Vázquez

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