Quedan prácticamente despejadas mis inevitablemente curiosas dudas al poco de comenzada la proyección. Asisto a una propuesta reconfortantemente descarada del cine de súper héroes, con aroma y espíritu de lo más relajada y tonificantemente ochentero.

Su soltura, su falta de pretensiones, su simpático humor, contribuyen a su buen acabado final. Y esa indefinición genérica –entre paródica, épica, desenfadada y heroica-  que en otras ocasiones ha podido constituir defecto, aquí supone virtud.

Acaba imponiéndose un tono ligero por encima de otras cuestiones más graves y de unos efectos no por trillados sin duda efectivos. Su relativa modestia presupuestaria le otorga un carácter de serie B “de luxe” que le sienta bien, gratificante.

El americanizado cineasta sueco David F. Sandberg está demostrando en su periplo hollywoodiense adaptarse bien a géneros tan actualmente populares como el terror o el fantástico, tal como es el caso. Tras las eficaces e intermitentemente aterradoras NUNCA APAGUES LA LUZ y ANNABELLE: CREATION desembarca ahora en un terreno bastante exigente dada la considerable calidad media obtenida por las producciones Marvel.

Y lo hace con distintivo y sello propio, haciendo de la humorada no una excusa sino un lúdico y gratificante motivo. Rodeándose para ello de un puñado de jóvenes actores que se desenvuelven a las mil maravillas en composiciones atractivas y diversas como chavales de acogida desacomplejados, no precisamente timoratos.

Además, Zachary Levy está muy bien en su rol de Shazam adulto. Se adapta perfectamente al estilo informal imprimido por guionistas y director. Despliega un más que sobrado desparpajo.

Un entretenimiento divertido, satisfactorio, con mucho oficio, muy digno y por momentos de lo más placentero. Parece que DC Comics ha vuelto a encontrar otra veta como la que supuso hace un par de temporadas la más que estimulante de WONDER WOMAN.