Estreno en Royal City

 

Sobibor (2018)

Director: Konstantin Khabenskiy

Intérpretes: Konstantin Khabenskiy, Christopher Lambert, Mariya Kozhevnikova, Michalina Olszanska, Philippe Reinhardt, Maximilian Dirr, Mindaugas Papinigis, Wolfgang Cerny

Sinopsis: El 14 de octubre de 1943, más de 400 prisioneros dirigidos por el oficial judío soviético Alexánder Pecherski llevaron a cabo un alzamiento en el campo de exterminio de Sobibor. Mataron a 11 guardias de las SS e intentaron capturar una armería. Habiendo fracasado, corrieron en grupo hacia los bosques a través de un campo minado.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 2 estrellas

Sobre la mayor huida de presos, mayoritariamente judíos, de un campo de exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial, la que tuvo lugar el 14 de octubre de 1943 en Sobibor (enclavado en la frontera polaca), se había filmado en 1987 una más que aceptable producción televisiva de nacionalidad británica, dirigida por Jack Gold y protagonizada por Alan Arkin, Joanna Pacula y Rutger Hauer.

Esta otra, fechada el año pasado y seleccionada –no pasó la criba final- por Rusia para los Oscar celebrados hace escasamente una semana y que finalmente iría a parar a ROMA, es inferior a su precedente. Incluso sin necesidad de comparaciones, su valoración por sí misma resulta insuficiente.

Supone más de lo mismo, sin ningún elemento diferenciador respecto a tantas antecesoras de parecido corte y confección. Y con el hándicap de ese ritmo pesado propio tantas veces del cine del país del homófobo Putin.

Me cansa, me fatiga, la manera de contar los hechos, que apenas nada aportan a lo ya sabido, algo que no me preocuparía en exceso si a cambio hubieran conseguido colármela.

Coincidente en el tiempo con la reposición remasterizada en salas LA LISTA DE SCHINDLER, el mero hecho de invocar a esta descomunal obra maestra, que ya de por sí haría palidecer a cualquier opositora a ella, contribuye aún más a la contundencia con la que me despacho. Ya ni les cuento si tuviera que remitirme a las dos mejores propuestas de la historia sobre campos de concentración, TRAIDOR EN EL INFIERNO de Billy Wilder y LA GRAN EVASIÓN de John Sturges.

También es coetánea de la española EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN (en ambas, sendos retratistas tienen su importancia en el transcurso de los hechos), esta de medios mucho más limitados respecto a esta, pero las dos, en cualquier caso, fláccidas, endebles.

Pero sus defectos no estriban en el mayor o menor presupuesto dispuesto, si no en la falta de ideas, en su flojo ritmo, en su truculencia gratuita, en su escasa imaginación, en ese acudir sistemáticamente a tópicos mil veces vistos y en un defecto mayúsculo en estos tiempos, salvo que se pretendan utilizar registros “pulp” o de comic (como en la francamente notable y terrorífica OVERLORD), y es lo caricaturesca que resulta en la descripción de los nazis.

Hasta para mostrar la mayor de las maldades hace falta no ser demasiado obvio ni simplista, por mucho que las felonías de aquellos (y de otros que en la historia de la humanidad así han sido o se han mostrado, desde el comunismo representado por Stalin o tantos otros –Mao, Pol Pot, Castro, etc.- hasta el fascismo –Mussolini, Franco- y el yihadismo en cualquiera de sus manifestaciones que abarcan desde Bin Laden hasta numerosas repúblicas islámicas.

Sumen unos ralentís en su desenlace que me resultan francamente molestos y tendrán, inevitablemente resumidas, algunas de las razones por las que esta película, en este caso justicieramente, pasará sin pena ni gloria por la cartelera. Tal vez a quienes desconozcan completamente la historia que cuenta pueda interesarles discretamente (o igual entusiásticamente, pues ya saben que para gustos los colores). Poco más da de sí.

José Luis Vázquez

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