Estreno en Royal City

 

Pasos en la niebla (1955)

Director: Arthur Lubin

Intérpretes: Stewart Granger, Jean Simmons, Bill Travers, Finlay Currie, Ronald Squire, Belinda Lee, William Hartnell, Frederick Leister, Percy Marmont

Sinopsis: Inglaterra Victoriana, siglo XIX. Una chica bastante ambiciosa (Jean Simmons) trabaja como sirvienta en la sombría mansión de un inquietante aristócrata (Stewart Granger). Cuando la mujer de éste muere, la criada empieza a sospechar del señor y acaba chantajeándolo, a pesar de que con su actitud está corriendo un grave peligro. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

Supuestas luces de gas, ambientes londinenses neblinosos, trasfondos victorianos, clases sociales amorales y clasistas, pasiones más o menos soterradas, aristócratas decadentes, sirvientas ambiciosas o sencillamente enamoradas, allegados chantajistas son el principal paisaje y paisanaje que conforman este espléndido “thriller”, o también “noir” gótico, de ejemplar despliegue de suspense. O más bien, de intriga precisa, concisa y absorbente que va al grano, que no se recrea en innecesarios circunloquios. Pues en tan solo 90 minutos se cuenta todo modélica, perfectamente.

Puede que a muchos que lo conozcan (no creo que sean demasiados los que pueden dar fe de ello hoy en día) o lo descubran por primera vez les resulte inevitable la comparativa con el cine de Alfred Hitchcock –cinco años antes había rodado una historia con puntos en común, también ambientada en una época pareja, ATORMENTADA con Ingrid Bergman-, pero afirmo rotundo que muestra distinción propia, aunque claro, resulte ineludible no encontrar ramificaciones del autor de PSICOSIS o VÉRTIGO.

El firmante de esto, el buen cineasta Arthur Lubin (cuenta con una valiosa y extensa filmografía de la que destaco como simple muestra EL FANTASMA DE LA ÓPERA de 1943 que obtuviera 2 Oscar, MI MULA FRANCIS, de parecido corte y confección a lo que aquí me ocupa IMPACTO, la taquillera y singular RUIBARBO, la divertidísima AGÁRRAME ESE FANTASMA con Abbott y Costello o ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES) no cuenta con la maestría ni aureola de aquél, pero ni falta que le hace. Acumulaba suficiente oficio y destreza para dotar de calidad y de una buena pátina a cualquier producción. A veces, como es el caso, alcanzaba picachos por encima de su respetable media, la excelencia.

Y es que PASOS EN LA NIEBLA, o FOOTSTEPS IN THE FOG en el original, es una muestra de enorme calidad dentro de los territorios o géneros anteriormente mencionados.

En la que tanto contenido como forma se fusionan de manera admirable. Tanto sus personajes, con intereses ocultos, como determinadas escenas, alcanzan una considerable fuerza expresiva. Entre estas últimas tengo grabada en la memoria la persecución por parte de Stephen o ese momento de conversión en señora por parte de Lily probándose vestidos a tono con lo que aspira a ser.

Agradezco mucho algunos de los giros –puede que hoy en día superados, en su momento seguramente impactantes- que ofrece. Sin estridencias, con naturalidad, creíbles pese a que puedan presentar algún sesgo inverosímil. Informarles que su argumento parte de un cuento de W. W. Jacobs titulado THE INTERRUPTION.

Resulta también destacable como juega con el contraste de unos exteriores inquietantes respecto a la aparente seguridad que aparentemente transmiten sus interiores.

Y luego está una pareja de actores de lo más apreciable y estimulante. Recién casados en la vida real, Stewart Granger y la siempre fascinante y bellísima Jean Simmons, acababan de coincidir tan solo dos años antes en la estupenda ficción histórica LA REINA VIRGEN.

A su alrededor una serie de excelentes característicos ingleses, pues auspiciada por la Columbia, esta fue una producción íntegramente rodada en las Islas, con entornos y profesionales de allí, salvo alguna contada excepción, como el estadounidense Lubin.

La secuencia final es muy buena. Y justo el postrer plano aporta un inesperado y relativo punto ¿fantástico? que obviamente no es cuestión desvelar. El hecho de la aparición previamente de un gato negro muestra algún elemento de esa índole que no acaba de explicitarse, pero que contribuye a generar esa atmósfera conspiradora, de malos augurios.

A reivindicar.

José Luis Vázquez

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