Director: Miguel Ángel Lamata
Intérpretes: Carmen Ruiz, Milene Mayer, Jorge Usón, Toni Acosta, Joaquín Reyes, Jordi Aguilar, Norma Ruíz, Gerald B. Filmore, Julio Bohigas-Couto, Antonio Pagudo, María José Moreno, Carlota Callén, Marcos Milara, Iker Castiñeira, Pablo Isabel, Samantha Jaramillo, Daniel Crego, Roberto Rodríguez, Martina Cabrera
Sinopsis: Comedia de aventuras protagonizada por una pandilla de niños y niñas que, por salvar a su equipo de fútbol, se meterán en todo tipo de problemas en los que su ingenio y su amistad serán puestos a prueba. El Soto Alto Fútbol Club es el nombre del equipo, y en él juegan entre otros Pakete, Camuñas, Angustias, Helena y Toni. Todos tienen una misión fundamental: ganar los dos próximos partidos para evitar que la asociación de madres y padres de alumnos cierren el club. Si bajan a segunda, se acabó el equipo.
Pertenece a un tipo de cine con arraigo en España y que este verano se ha visto apuntalado por el respetable éxito de EL MEJOR VERANO DE MI VIDA. Es decir, amable, de humor blanco, más o menos simpático y simplón. Solo que, en esta ocasión, todavía más descaradamente destinado a los más jovencitos de la casa o del patio de escolarización.
Por algún sitio, y de verdad que les aseguro que no me acuerdo en este momento dónde y a quién (uno acaba absorbiendo tanta información al cabo del día, sumado ello a la edad, que últimamente salvo que apunte las cosas en el momento, a veces se me escapa memorizar las fuentes), la han definido como unos GOONIES de estos tiempos millennials. Evidentemente, por resultados no es así, pero en cuanto a su esencia no es una mala descripción.
También aquí los protagonistas son un grupo de chavales de 11-12 años, en este caso no buscan con especial fruición tesoros –aunque proclamen que les gustan los misterios- sino aspirantes a futbolistas de baratillo que se ven inmersos en una intriga, la de aquí de muchos más bajos vuelos que en aquél gozoso precedente, alusiva a su relación con el balompié que practican y con el equipo de primaria en el que militan.
Todo transcurre según cánones y cauces previsibles, con un claro y asumido sesgo infantil. El espíritu de LOS CINCO de Enid Blyton, aquellas novelas que formaran parte de la educación sentimental de tantos de nosotros hoy en día talluditos, ronda en todo momento, pero sin especial gracia o fortuna. Y conste que tampoco este otro referente, aunque nos entretuviera en nuestra infancia a muchos, era para tirar cohetes. Otra cuestión sería si me refiriera a la fundamental LA ISLA DEL TESORO de Stevenson (que nada tiene que ver con lo aquí expuesto).
El argumento propuesto está basado en la primera novela, EL MISTERIO DE LOS ÁRBITROS PERDIDOS, de la saga infantil que da nombre a la película, cuyo autor es el también guionista y -no aquí- director Roberto Santiago, el mismo argumentista de la igualmente fallida EL PENALTI MÁS LARGO DEL MUNDO, aunque quien se ha puesto tras las cámaras es el esforzado profesional Miguel Ángel Lamata.
Unos y otros tratan de ensalzar de manera un tanto primaria, elemental, cuestiones y valores como educación, deporte, camaradería, paternidad/maternidad, amistad, pero sin mucha fortuna, con escasa gracia y de manera un tanto pesada en sus tramos central y final, el principal meollo del asunto, el referido a la resolución del chato misterio. En cambio, el comienzo, la presentación de los personajes, me supone lo más salvable de función tan limitadita.
Por otra parte, copia esquemas argumentales y narrativos propios del cine americano de siempre o del de hace unas décadas, desde los ya citados GOONIES u otras películas auspiciadas por Spielberg hasta las de ensalzamiento deportivo, pero reduciéndolas a una clave mucho más parvularia. Arropado por una factura –lo cual no conlleva que sea del todo rechazable- televisiva no precisamente brillante y por una comicidad un tanto exagerada o forzada en sus maneras, poco creíble vamos, al menos para quien esto firma.
Además, su intriga, la trama o como quieran denominar la cuestión, acaba resultando de lo más chusquera. Los malos son de un caricaturesco que tiran para atrás. Y los slapstick están utilizados torpemente. Y ya, ya sé a quién va dirigida exclusivamente. Pero ahí están TOY STORY, UP, WALL-E, LOS INCREÍBLES, BICHOS, COCO, etc. En otra onda vaselina claro, pero sin renunciar jamás a tratar a cualquier tipo de espectador con las más elevadas miras.
Existe también una clara intencionalidad de ensalzar la diversidad, pues los críos pertenecen a distintos colectivos expuestos al rechazo o a la marginalidad social (desde el chico gordito, a la empollona, la afroamericana o el enclenque falla penaltis), aunque en la película ello se asuma con naturalidad y no de pie para cuestionarlo… pero va implícita en la representación de los rasgos de la pandilla.
Eso sí, seguramente funcionará en taquilla, entre una aplastante chavalería. Con esto quiero decir, que en cambio en las producciones Pixar, como podría decir en las de Spielberg, el eco acaba siendo casi idéntico entre jóvenes y mayores. Pero bueno, bienvenido sea el intento en la cinematografía española de captar los mercados que copan actualmente las salas, el de los más menudos. Otra cuestión es que los resultados se salden con reconocimiento artístico… y bien sabe dios, que esta expresión no me ha quedado muy cristiana por pomposa, algo que no es ni de lejos LOS FUTBOLÍSIMOS, más bien lo contrario… excesivamente sencillita.
José Luis Vázquez
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