Estreno en Royal City

 

Ariane (1957)

Director: Billy Wilder

Intérpretes: Gary Cooper, Audrey Hepburn, Maurice Chevalier, John McGiver, Van Doude, Lise Bourdin, Olga Valéry, The Gypsies

Sinopsis: La inocente Ariane Chavasse (Audrey Hepburn) es seducida por un playboy millonario norteamericano llamado Frank Flannagan (Gary Cooper). Pero éste ignora que el padre de la chica es el detective privado Claude Chavasse (Chevalier). (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

AMOR AL ATARDECER, o por ser más preciso aún, AMOR OTOÑAL, es el título original de esta preciosa y permanente, inagotablemente fascinadora ARIANE del monarca Billy Wilder.

Supondría su primera colaboración formando tándem con el guionista, I. A. L. Diamond, que pasaría a ser su fértil y fiel “escudero” en la segunda etapa de su carrera como director, tras una primera igualmente espléndida con Charles Brackett.

Fue uno de sus escasos y para mí injustificados fracasos comerciales. Cierto que es una película que ya en el momento de su estreno parecía antigua (pienso en esas obras maestras de veinte años antes que son LA OCTAVA MUJER DE BARBA AZUL y NINOTCHKA, ambas firmadas por su mentor Ernst Lubitsch) o “demodé” en la mejor de sus acepciones… y también moderna a la vez.

Esto último tenía que serlo por narices, aunque tan solo fuera por narrar el “love story” entre un señor mayor y una jovencita. Pero no utilizo el término solo por esto, sino por el tratamiento imprimido tan fino, irónico corrosivo incluso y atemporal. Y, por supuesto, romántico. No tengo la menor duda de que Wilder siempre lo fue, de manera enfebrecida si me apuran, y aunque lo enmascarase bajo ingeniosas, talentosas e ingentes capas de acidez y mordacidad.

Aunque lo que distingue a esta comedia sentimental, aparte de ese ambiente estilística e idealizadamente parisino, es su pareja protagonista. Difícil encontrarla mejor.

Él, Gary Coooper, en un papel inicialmente pensado para Cary Grant, que lo rechazaría por la diferencia de edad de la pareja, algo que no resultaría en cambio un inconveniente para tan solo seis años después aceptar protagonizar con idéntica “partenaire” femenina, la igualmente exquisita y magistral CHARADA.

Y voy a ella. Qué contarles a estas alturas de la vida de ustedes y de la mía de Audrey Hepburn. Pues eso, la magia hecha mujer. Adorable, cercana, etérea, todas las facetas las poseía y las volvería a desplegar aquí. Y qué reiterar de esos ojos suyos tan sumamente expresivos que lo dicen todo, de esa ingenuidad inteligente y decidida que destila de nuevo, su viveza, su espontaneidad, su irresistible encanto.

Coop tenía 56 años y Audrey 27. Da igual. Su romance es del todo creíble. El de ese play boy, crápula, implacable donjuán y esa estudiante de celo que todavía no ha despertado al verdadero amor.

Pero cuidado, esto ni está expendido empalagosamente ni ello está exento el humor. Baste como ejemplo las escenas alusivas a ese cuarteto zíngaro, infatigables intérpretes del embriagador vals FASCINACIÓN, cuya culminación viene a propósito de una mesita rodante.

Para mayor gloria, cuenta con un final, sencillamente, antológico, aunque no era el previsto, pues el que tenía que haber sido el auténtico, la pareja haciendo el amor, sería finalmente cambiado por las protestas de la Legión Católica de Decencia.

Otro de los elementos que adquiere un papel fundamental es su ambientación (incluyendo la de moral relajada, escenas de alta, elevada, sofisticada seducción), escenarios tan típicos como la rue Mallenbranche, la plaza Vendome o el hotel Ritz. Esos decorados interiores de fábula –esa suite 14- de Alexander Trauner, el responsable, poco tiempo después, de aquella impresionante oficina en la que trabajaba Jack Lemmon junto a decenas de compañeros en EL APARTAMENTO.

No puedo tampoco dejar de destacar la fotografía en blanco y negro de William C. Mellor (2 Óscar por UN LUGAR EN EL SOL y EL DIARIO DE ANA FRANK) que realza aún más el brillo de la Ciudad del Amor y de la Luz.

La banda sonora del elegante y armónico Franz Waxman (REBECA, HISTORIA DE UNA MONJA, VIDAS BORRASCOSAS, TARAS BULBA, SOSPECHA, LA VENTANA INDISCRETA, HISTORIA DE UNA MONJA… 2 Oscar por UN LUGAR EN EL SOL y SUNSET BOULEVARD/EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES) pone su granito de arena, tema de violines anteriormente reseñado aparte. Porque ARIANE rebosa violines, fabulaciones, declinar vitalista, exultante juventud.

Como contrapunto inequívoco de lo francés… el gran Maurice Chevalier haciendo de padre de Audrey.

Se aspira cierto aroma y fragancia proveniente de la igualmente maravillosa SABRIAN. Wilder la rodó el mismo año que TESTIGO DE CARGO. Qué más decir.

José Luis Vázquez

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