Estreno en Royal City

 

En realidad, nunca estuviste aquí (2017)

Director: Lynne Ramsay

Intérpretes: Joaquin Phoenix, Alessandro Nivola, John Doman, Judith Anna Roberts, Alex Manette, Ekaterina Samsonov, Kate Easton, Jason Babinsky, Frank Pando, Ryan Martin Brown, Scott Price, Dante Pereira-Olson, Jonathan Wilde, Leigh Dunham, Vinicius Damasceno

Sinopsis: Joe (Joaquin Phoenix), ex marine y antiguo veterano de guerra, es un tipo solitario que dedica su tiempo a intentar salvar a mujeres que son explotadas sexualmente. No se permite ni amigos ni amantes y se gana la vida rescatando jóvenes de las garras de los tratantes de blancas. Un día recibe la llamada de un político porque que su hija ha sido secuestrada. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

En la pasada edición del Festival de Cannes dos obras se erigieron en las grandes triunfadoras, la cargante e insoportable producción sueca THE SQUARE, finalmente ganadora de la Palma de Oro a la mejor película, y EN REALIDAD, NUNCA ESTUVE AQUÍ, que obtendría otros dos premios relevantes, guión y actor. Parafraseando su título… en realidad, para muchos de los que estuvieron deberían haber sido tres, pues tendría que haber añadido el que inmerecidamente se llevó la primera. Pero de situaciones parecidas están empedradas las decisiones de los jurados de grandes certámenes cinematográficos. Por eso, con todas las pifias que se le puedan achacar, siempre preferiré los Oscar, incluso los Goya, pues me parecen mucho más certeros y democráticos.

Pero yendo ya al grano del asunto, a lo que ofrece el último trabajo de la directora escocesa Lynne Ramsay, lo primero que se me viene a la cabeza es indicarles que es excelente y coherente con su filmografía previa, aunque si cabe mostrando un acabado aún más depurado. Les recuerdo que me refiero a una cineasta especializada en retratar a individuos no muy allá y a estados mentales por tanto de lo más perturbados.

El principal, el que aquí lo acapara, lo absorbe todo en lo referido a personajes,es ese brutal ex marine y ex agente del FBI; reconvertido en matón a cuenta ajena, en sicario expeditivo que se dedica a rescatar a menores secuestrados que sufren abusos o son destinadas como tratas (pues lo de blancas ya ha quedado hace tiempo en desuso, esta degenerada actividad delictiva no entiende ni de razas ni de colores).

Es un sujeto paradójico, salvaje, pero con un extraño halo, casi imperceptible, lírico, redentor. De ahí que muchos hayan establecido comparativas con esa obra maestra de Martin Scorsese titulada TAXI DRIVER, pero salve este apunte inicial creo que ahí se quedan las semejanzas.

Un, como casi siempre, enorme Joaquin  Phoenix borda a este individuo, tanto en sus lacónicos diálogos como en su taciturna actitud. Le dota de unos resquicios sombríos, escalofriantes por momentos, lacerantes (nos es explicado fugazmente su pasado teñido de maltrato paternal mediante unos flashbacks casi centelleantes), enfermizos, pero también humanos. Cuenta además con un rasgo distintivo que enriquece la trama, la historia, y es el de resultar paulatinamente impredecible.

Seguramente acabaré asociando en el futuro esta propuesta este individuo que se manifiesta con una violencia extrema no tan explícita para el espectador como se pudiera deducir, aferrado a un martillo con el que va eliminando ferozmente a facinerosos, a malhechores. Muchos podrían ver en su sustancia dramática los arquetipos propios de las actioners vengativas de Charles Bronson, pero nada más lejos de la realidad en cuanto a estilo y a últimas intenciones… o  primeras.

Ramsay vuelve a tirar de una narrativa quebradiza, elíptica, como ya había desarrollado en la estupenda TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN o RATCATCHER. Maneja perfectamente a Phoenix y a los secundarios peones que satelizan a su alrededor, esa madre echa un guiñapo con la que el protagonista parece ser la única persona con la que mantener algún vínculo emocional o la irrupción de esa maltratada y preciosa cría encarnada por la modelo de origen ruso -14 años tan solo- Ekaterina Samsonov… y con la que parece comenzar a entablar una floreciente corriente afectiva, acogedora, protectora.

El guitarrista de Radiohead, Johnny Greenwood, es el encargado de acompasar, sincopar musicalmente las imágenes. Y tanto él como el sonidista, manejan con gran habilidad tanto los ruidos como los silencios.

No es fácil, es muy desagradable, pero si son capaces de entrar en sus elaborados y atípicos engranajes narrativos, tal vez les pueda resultar tan apasionante como me ha resultado a mí.

José Luis Vázquez

©2025 Ciudad Real Digital | www.ciudadrealdigital.es