Director: Agnieszka Holland
Intérpretes: Agnieszka Mandat-Grabka, Jakub Gierszal, Katarzyna Herman, Andrzej Grabowski, Tomasz Kot, Borys Szyc, Miroslav Krobot, Marcin Bosak, Wiktor Zborowski
Sinopsis: Janina Duszejko, ex ingeniera, astróloga y vegetariana, vive en un pequeño pueblo en las montañas de Los Sudetes. Una noche encuentra un cadáver cerca de su casa. La víctima es un cazador furtivo que murió en extrañas circunstancias. Con el paso del tiempo, se encontrarán en la zona más cuerpos: todos ellos de cazadores que, según Janina, han sido asesinados por animales salvajes. (FILMAFFINITY)
Me comentaba hace unos días un buen amigo y lector habitual de esta sección que se nota enseguida, casi en las dos primeras líneas, cuando me da pereza o no me gusta hablar de una película. La pasaporto rápido, abandono mi barroquismo, resulto menos florido o me pierdo más en divagaciones. Precisamente el hecho de comenzar así les puede dar ya pistas de lo que opino sobre ésta sin necesidad de seguir continuando leyendo la reseña.
Se dice que de buenas intenciones está repleto el empedrado del infierno. Pues eso, aplíquenlo a cualquier cuestión de la vida, como en el de esta producción llegada de la antigua Europa del Este, que en realidad geográficamente lo continúa siendo, no se han movido todavía los continentes.
Es un a priori curioso –sensación que se me disipa a la media hora de metraje- thriller ecologista que deviene en uno de justicieros a favor de los animales, algo así como un manifiesto de cualquier partido animalista pero sin llevar sus planteamientos tan al extremo en su defensa como es el caso.
Ambientado en los Sudetes polacos, enclave de agreste belleza paisajística situado entre el país de Lech Walesa y la actual Chequia, no se le saca todo el partido requerido a esos tupidos entornos. Acaba resultando tan abrupto como la propia dirección de Agnieszka Holland, una cineasta que estos últimos años había estado dedicada en cuerpo y alma a las teleseries norteamericanas, como THE KILLING, HOUSE OF CARDS, THE WIRE o TREME. No se debería haber movido de esos territorios, pues ella al fin y al cabo es una esforzada y competente profesional.
Lleva ya una dilatada carrera a su espalda. Lo que más me sigue gustando de su filmografía –todas ellas dentro de un tono que rara vez supera lo vistoso, lo correcto, lo aceptable- EUROPA EUROPA, OLIVIER OLIVIER (no, esta vez no me he equivocado, se repite dos veces el enunciado), AMARGA COSECHA (tal vez mi favorita suya, nominada al Oscar a la mejor producción de habla no inglesa), EL JARDÍN SECRETO, EL TERCER MILAGRO y COPYNG BEETHOVEN. Asistí a una rueda de prensa en San Sebastián en la que presentaba VIDAS AL LÍMITE (la crónica de la amistad juvenil entre los poetas malditos Rimbaud y Verlaine) y pude comprobar en vivo y en directo el rasque que parece ser que es habitual que suela gastar la señora. Igual tenías sus motivos no advertibles por parte de este crítico.
Ni tan siquiera la vocación panteísta que ha imprimido a esta obra la redime de la capa de pesadez narrativa en la que viene envuelta. Además, la posible particularidad de la historia se queda enredada en una trama policial espesa, rutinaria, insustancial, con unos polis de lo más panolis y unas fuerzas vivas ridículas.
Probablemente el material original literario en el que se ha inspirado, la novela SOBRE LOS HUESOS DE LOS MUERTOS de Olga Tokarczun, presente más riqueza expresiva sobre asuntos aquí tratados, tales como el orden natural de las cosas, el amor hacia la naturaleza y los seres tantas veces menos irracionales que los más irracionales o alguna otra subtrama temática.
Y aunque la protagonista, Agnieszka Mandat Grabka (premio ex aequo en la Seminci a la mejor actriz), que bien pudiera constituir en cuanto a carácter un alter ego de Holland, dota de mucha convicción a esa mujer aparentemente extravagante o locuela, que en el fondo es coherente con sus ideas más o menos radicales, en esta ocasión ello no sirve para paliar la fallida empresa.
Me deja un regusto amargo pero del insatisfactorio en vez del disfrutable o descriptivo. No consigue prender en mí en ningún momento. Como mucho le puedo reconocer una relativa entidad pero sin fuelle alguno.
Seguirla me genera un enorme apelmazamiento y hasta aburrimiento. Es ruda en su cáscara y en su contenido. Y no ya es que no acabe de empatizar con esos seres tan plomizos como el propio paisaje, es que me acaba contagiando de su ritmo mohíno, nada vivaz, pues ni ella que es toda vitalidad sobre el papel consigue transmitirme entusiasmo por su causa… aunque insisto, la intérprete lo haga bien.
Prescindible.
José Luis Vázquez
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