Estreno en Royal City

 

Jóvenes ocultos (1987)

Director: Joel Schumacher

Intérpretes: Kiefer Sutherland, Jason Patric, Corey Haim, Corey Feldman, Jami Gertz, Dianne Wiest, Barnard Hughes, Jamison Newlander, Edward Herrmann, Billy Wirth, Alex Winter, Brooke McCarter, Chance Michael Corbitt, Alexander Bacon Chapman

Sinopsis: Sam (Corey Haim) y Michael Emerson (Jason Patric) son dos chicos americanos muy convencionales. Tras el divorcio de sus padres, se instalan con su madre en la tranquila ciudad de Santa Carla (California), donde corren rumores sobre vampiros. La personalidad de Michael cambia sensiblemente cuando empieza a ir con una banda de moteros cuyo líder es el carismático David (Kiefer Sutherland). A su madre no le gustaría nada saber en qué se está convirtiendo. (FILMAFFINITY)

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 4 estrellas

Peter Pan y vampiros constituyen una curiosa mezcla que se puede rastrear en esta producción fantástica ochentera, una historia de terror con tintes de comedia o a la inversa, de considerable repercusión entre amplios espectros de públicos juveniles hace ya treinta años. Ese LOST BOYS/NIÑOS PERDIDOS del original hace alusión a la inmortal obra de James M. Barrie. El segundo aspecto es de lo más obvio.

Hace años que no la reviso y supone para mí un considerable ejercicio de práctica de memoria, como me sucede tantas veces con títulos a los que no he vuelto a acudir.

En esencia es una historia de vampiros (pos)modernetes cuyas pautas de conducta diferían un tanto de sus antecesores más clásicos, aunque continuaran manteniendo en común con aquéllos colmillos afilados, necesidad de sangre y hábitos nocturnos. Pero el asunto de los ataúdes o otras zarandajas como el agua sagrada no resultan aquí leiv motiv.

Será curioso comprobar cómo le ha sentado el paso del tiempo, esos peinados cardados, esa estética moderna y oscura que tanto sorprendiera en su momento y que probablemente habrá quedado superada o demodé y ese argumento que hoy en día puede que resulte más patente en lo que respecta a su carácter liviano e infantilón.

Pero he de reconocer que la evoco con sumo agrado. Porque supuso cierta ruptura en su momento en lo que al tratamiento –argumental, formal- se refiere de esos sanguinarios señores de la noche. Existía el precedente lejano, y sin nada que ver pues constituía más bien un homenaje/parodia al más clasicote estilo Hammer, de EL BAILE DE LOS VAMPIROS. Y otro justamente anterior a este, el notable NOCHE DE MIEDO de Tom Holland. No sé por qué pero me da en la nariz que éste último se ha conservado mejor.

Recuerdo también la banda sonora de Thomas Newman y temas musicales estimulantes de Gerad McMann o de Echo The Bunny men.

Joel Schumacher, director inicialmente no previsto, pues Richard Donner fue el primer candidato postulado aunque acabó siendo el productor (se cruzaría a la vez en su trayectoria la estupenda ARMA LETAL) o los especialistas en el género Mary Lambert y Richard Franklin le precedieron en cuanto a inicial elección. Finalmente él fue el elegido. Llevó a cabo un trabajo de lo más esmerado y resultón. Consiguió una aceptable mezcla de humoradas y algún sobresalto. Creó algunas muy buenas secuencias como la de la guarida o la del tren. Y el hecho, achacable sobre todo en el debe de los guionistas de la utilización de los comics, esos que hemos devorado tantos niños de mi generación, como tabla de salvación de los protagonistas adolescentes. El tono desenfadado esgrimido constituyó otro de sus aciertos.

No se olvide que el cineasta que en otras ocasiones se mostrara fallido  –BATMAN Y ROBIN- legó al menos cuatro trabajos estupendos en aquélla década de los 80 y comienzos de la siguiente: UN DÍA DE FURIA, ST. ELMO PUNTO DE ENCUENTRO, UN TOQUE DE INFIDELIDAD y LÍNEA MORTAL, otro buen exponente del género fantástico a punto de estrenar “remake” (otro más en su filmografía no resultaría tan convincente, una variación femenina de EL INCREÍBLE HOMBRE MENGUANTE).

Pero uno de sus aspectos más destacados hay que buscarla en su reparto de promesas cuajadas finalmente algunas y otras relegadas en el camino. Estoy pensando por ejemplo en Corey Feldman (GREMLINS, LOS GOONIES… algo del espíritu de esta producción flota también en el ambiente) y el casi siempre esquinado en aquella época Kiefer Sutherland (digno hijo del gran Donald, de parecido físico evidente). No se olvide que venían de haber coincidido un año antes en el reparto de la esta sí inmarchitable y sensacional CUENTA CONMIGO.

A su alrededor pululan un en aquél momento emergente Jason Patric, el formidable Corey Haim (lástima que no hiciera después una carrera más acorde con su talento), la atractiva Jamie Gertz o la “woodyalleniana” Dianne Wiest (como madre de los protagonistas).

La breve aparición de Barnard Hughes como el abuelo no tiene desperdicio, en un rol para el que inicialmente estaban destinados los igualmente veteranos Keenan Wynn y John Carradine. Pero el primero fallecería poco antes del rodaje y el segundo estaba enfermo cuando se lo propusieron.

Un último aspecto positivo a reseñar es la ambientación fiestera y enrollada en la localidad californiana de Santa Carla. En realidad, se rodó al lado de esta ubicación ficticia, en la también californiana Santa Cruz.

Recibió buenas y merecidas críticas. Y buen taquillaje, más de 30 millones de dólares. Algo muy meritorio teniendo en cuenta que contó con una calificación R.

Un gratificante pasatiempo con guiños y nuevos planteamientos para los amantes del género en su vertiente dramática. Toda una dramedy juvenil con pinceladas románticas y carcasa fantastique.

 

José Luis Vázquez

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